El Tren Maya, que prometía revolucionar el transporte en el sureste de México, enfrenta severas fallas en su conexión, obligando a turistas y trabajadores a concluir su viaje en combi en destinos como Mérida, Playa del Carmen y Campeche. Según un reporte de la revista Proceso, la planificación del megaproyecto emblemático de la 4T ha resultado defectuosa, afectando la experiencia de quienes dependen del tren para llegar a sus destinos.
Desde la inauguración de un primer tramo por parte de Andrés Manuel López Obrador el 15 de diciembre de 2023, se han suscitado problemas logísticos que limitan la funcionalidad del servicio. Aunque el tren conecta algunas áreas, los usuarios se ven obligados a transbordar y utilizar combis para alcanzar sus destinos finales, lo que contrasta con la expectativa de un transporte eficiente y directo.
Inconvenientes para turistas y trabajadores
Durante un recorrido realizado este verano de 2025, Proceso documentó que el Tren Maya no logra conectar adecuadamente a sus usuarios con los centros laborales y turísticos, lo que ha llevado a una de las peores crisis de ocupación hotelera en la historia del sector turístico. A pesar de que el tren opera en horarios específicos, los números de ocupación hotelera en el corredor turístico más grande de México siguen en picada.
El trayecto entre Playa del Carmen y Cancún se realiza en poco menos de una hora, pero no conduce a sitios de interés, dejando a muchos turistas insatisfechos. No existe un horario especial para trabajadores, y los precios de los alimentos a bordo han resultado prohibitivos; por ejemplo, una torta de cochinita pibil, un platillo tradicional, se vende a 130 pesos, casi al triple de su costo habitual en la región.
Estaciones abandonadas y falta de conectividad
Las estaciones del Tren Maya, como la de Chichén Itzá, aún se encuentran en obra y carecen de las instalaciones necesarias para recibir adecuadamente a los pasajeros. La estación, que se espera sea un punto clave para el turismo, se presenta en condiciones muy rudimentarias, con mobiliario sin desempacar y una oferta comercial mínima. Esto ha llevado a los pobladores de comunidades cercanas, como Nuevo Xcán, a preferir las combis para sus desplazamientos, dado que el tren no ha cumplido con su prometido impacto positivo.
El presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, Toni Chaves, reconoce que el proyecto aún no ha madurado como se esperaba y destaca la necesidad de una promoción adecuada para atraer más usuarios. Actualmente, la ocupación hotelera en la región se encuentra por debajo del 59%, un dato preocupante considerando que hay más de 125,000 cuartos de hotel disponibles en esta zona.
La realidad es que, para muchos, el Tren Maya ha resultado ser más una promesa incumplida que una solución efectiva. A medida que avanza el tiempo, la necesidad de una mejora en la infraestructura y servicios del tren se vuelve más urgente, y los relatos de quienes han intentado utilizarlo reflejan una experiencia muy alejada de la ideal.
