La situación económica en México es más grave de lo que el Gobierno de Morena ha querido admitir, así lo declaró el diputado federal Rubén Moreira Valdez. Según datos oficiales, 46 millones de mexicanos, a pesar de tener empleo, no pueden acceder a la canasta básica, lo que contradice las cifras optimistas que afirman que la pobreza se ha reducido a 38 millones de personas.
Datos alarmantes sobre la informalidad laboral
Durante su participación en el programa “Con Peras, Manzanas y Naranjas”, Moreira Valdez, acompañado del economista Mario Di Costanzo y el conservacionista Ignacio Loera, advirtió sobre el aumento en la informalidad laboral y la pobreza laboral. Resaltó que, además de los 46 millones que no pueden adquirir la canasta básica, hay que sumar 12 millones más que tampoco pueden acceder a una canasta básica alimentaria, elevando la cifra total a 58 millones de mexicanos que enfrentan esta dura realidad.
“La realidad es que cada vez hay más mexicanos con empleo precario e informal, y eso es lo que explica el deterioro de las finanzas familiares”, mencionó Moreira. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en julio, la informalidad fue el motor del mercado laboral con 34.1 millones de personas, la cifra más alta en 44 meses. En contraste, el sector formal perdió más de 800 mil empleos entre enero y julio de este año.
El impacto de la informalidad en el bienestar familiar
El legislador del PRI destacó que quienes laboran en la informalidad enfrentan desventajas significativas, como la falta de acceso a crédito y la imposibilidad de adquirir patrimonio, ya que carecen de comprobantes de ingresos y no tienen acceso a seguridad social ni atención médica. “No cotizan para una pensión, comprometiendo su futuro, y muchos no cuentan con servicios básicos de agua y energía eléctrica”, agregó.
Por su parte, Di Costanzo enfatizó que la falta de generación de empleos y el escaso apoyo a la producción nacional son factores que perpetúan esta situación. “La inversión pública ha caído y no hay políticas claras de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, que son las principales generadoras de empleo”, afirmando que sin producción y empleo formal, solo aumenta la informalidad y la desigualdad.
Ignacio Loera cerró la discusión resaltando el deterioro progresivo en el nivel de vida de las familias mexicanas. “Estamos ante un gobierno que presume cifras alegres, pero que no atiende los problemas de fondo”, concluyó.
Este panorama exige atención urgente por parte del Gobierno para fortalecer la economía formal y ofrecer oportunidades reales de desarrollo a millones de mexicanos que se encuentran en condiciones vulnerables.
