Una tragedia conmociona a la comunidad de San Miguel Canoa, Puebla, donde dos niños de 10 y 11 años murieron el pasado 5 de septiembre debido a una intoxicación por monóxido de carbono en un temazcal. La situación ocurrió en un domicilio particular, donde los menores se encontraban acompañados de su madre, identificada como Maribel, de 34 años.
Según reportes iniciales, los tres se encontraban disfrutando de un baño tradicional en el interior del cuarto de vapor cuando, en un momento, perdieron el conocimiento. A pesar de los esfuerzos de los familiares por reanimarlos, los niños ya no presentaban signos vitales al ser encontrados. La madre también sufrió afectaciones y fue trasladada de urgencia al Hospital General del Norte, donde permanece bajo observación médica, aunque hasta el momento no se ha informado sobre su estado de salud.
Investigación en curso
Los hechos han generado una profunda preocupación en la comunidad, que se ha volcado a ofrecer apoyo a la familia afectada. Las autoridades locales han iniciado una investigación para esclarecer las causas de la intoxicación y determinar posibles responsabilidades. Es importante señalar que el temazcal es una práctica tradicional en muchas culturas, pero debe realizarse con las medidas de seguridad adecuadas para evitar tragedias como esta.
Los familiares habían preparado el temazcal con la intención de realizar un ritual que promueve la purificación y el bienestar. Sin embargo, la acumulación de humo y monóxido de carbono en el interior del cuarto de vapor resultó letal para los menores. Esta situación resalta la importancia de seguir protocolos de seguridad en la realización de actividades que involucran el uso de fuego y espacios cerrados.
Los detalles sobre el proceso de investigación y la situación legal aún no han sido revelados por las autoridades, lo que deja a la comunidad en un estado de incertidumbre y tristeza. La realidad es que incidentes como este deben servir como un llamado a la conciencia sobre la seguridad en prácticas culturales y tradicionales.
La muerte de estos niños ha dejado una huella profunda en San Miguel Canoa, un recordatorio de que la seguridad no debe ser una opción, sino una prioridad. Los habitantes de esta localidad esperan respuestas rápidas y efectivas por parte de las autoridades competentes.