En un esfuerzo por desafiar las concepciones económicas tradicionales, Ezra Klein y Derek Thompson presentan su libro “Abundancia”, una obra que invita a repensar la economía desde un enfoque que no solo se centra en la demanda, sino también en la oferta. En un contexto donde las políticas keynesianas han dominado el discurso progresista, la obra de estos autores busca evidenciar cómo la mejora en la oferta puede ser una fuente vital de prosperidad.
Históricamente, los movimientos progresistas han priorizado políticas centradas en la demanda, como las transferencias públicas y la gestión de la demanda agregada, pilares del New Deal en Estados Unidos y de la democracia social europea. Sin embargo, Klein y Thompson argumentan que el estancamiento en la capacidad de la economía estadounidense para construir, debido a regulaciones y reglas de permisos, limita su potencial de innovación y crecimiento.
Ejemplos concretos como el retraso del ferrocarril de alta velocidad en California y el lento avance en la infraestructura de carga para vehículos eléctricos bajo la administración de Joe Biden ilustran estos desafíos. Los autores abogan por una visión del futuro donde la energía renovable, la agricultura vertical y la producción de carne en laboratorios sean parte de un ecosistema económico más abundante y eficiente.
El Valor del Trabajo en la Sociedad
A pesar de las propuestas innovadoras, el libro ha sido criticado por su enfoque consumista. La obra parece enfatizar más la abundancia de bienes y servicios que el papel de las personas como trabajadores. Para muchos, el trabajo proporciona no solo ingresos, sino también sentido de identidad y dignidad. La pérdida de empleo no solo afecta el bienestar económico individual, sino que también tiene repercusiones sociales, como el aumento de la delincuencia y la desintegración familiar.
El economista Dani Rodrik señala que, aunque la automatización y el libre comercio han incrementado la producción, también han dejado cicatrices profundas en las sociedades, allanando el terreno para el surgimiento del populismo de derecha. Rodrik destaca que el verdadero desafío para los progresistas es diseñar una agenda que valore tanto al trabajador como al consumidor.
Hacia una Nueva Agenda Progresista
La solución, según Rodrik, radica en un enfoque equilibrado que promueva la innovación y la inversión, pero que también fortalezca el papel de los sindicatos y la negociación colectiva. Las normativas y regulaciones deberían ser vistas no solo como obstáculos, sino como herramientas para garantizar mejores condiciones laborales y, en última instancia, una sociedad más equitativa.
El libro de Klein y Thompson, aunque provocador, resalta la necesidad de un diálogo constante sobre cómo estructuramos nuestras economías para el beneficio de todos. En un mundo donde los desafíos económicos son cada vez más complejos, la búsqueda de una abundancia compartida requiere un compromiso renovado con los valores que sostienen tanto la prosperidad económica como el bienestar social.
