La preocupación en torno a la inteligencia artificial (IA) ha tomado un nuevo rumbo en México, donde se busca regular su uso para proteger el trabajo de los actores de doblaje. Según el World Economic Forum, se estima que más del 40% de las habilidades requeridas en sectores creativos se transformarán para 2027, impulsadas por el avance de esta tecnología. Este cambio no solo promete generar un impacto en el mercado laboral, sino que también podría acarrear desafíos éticos y legales significativos para quienes dependen de su voz como herramienta principal.
Las proyecciones son contundentes: se prevé que la inteligencia artificial genere $407 mil millones para el 2027. En México, el 24% de la población ya utiliza IA en su vida cotidiana, lo que pone de manifiesto una tendencia creciente hacia la automatización y la digitalización. Sin embargo, esta transformación ha suscitado temores, sobre todo entre los actores de doblaje, quienes ven su futuro amenazado por la posibilidad de que sus voces sean replicadas y comercializadas sin su consentimiento.
Una controversia reciente ha visibilizado esta problemática. La voz del reconocido actor de doblaje José Lavat, fallecido en 2018, fue supuestamente clonada y utilizada en una campaña informativa por el Instituto Nacional Electoral (INE). Aunque usuarios en redes sociales denunciaron el uso indebido de su voz, el INE aclaró que la grabación no era una reproducción de Lavat, sino una voz completamente generada por inteligencia artificial. Este incidente ha encendido el debate sobre los derechos de los artistas en un contexto donde las tecnologías emergentes pueden alterar la forma en que se produce el doblaje.
La reacción de la comunidad de actores de doblaje no se hizo esperar. Este domingo, un grupo de actores, locutores y trabajadores del entretenimiento se congregó en el Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México. Con pancartas que decían “¡Mi voz no es libre!” y “No somos reemplazables”, los manifestantes exigieron que se respete su labor y se establezcan regulaciones que protejan su derecho a la voz, considerada un patrimonio personal y profesional.
Ante esta situación, la presidenta Claudia Sheinbaum expresó su respaldo a las demandas del sector artístico. Durante una conferencia matutina, anunció que su administración se reuniría con los representantes del gremio para explorar posibles mecanismos de protección. “Estamos de acuerdo con ellos. A través de la Consejería Jurídica y la Secretaría de Cultura, nos vamos a reunir con ellos para ver qué esquemas de protección a su trabajo y a su voz deben implementarse para evitar el uso indebido de su herramienta principal”, afirmó Sheinbaum.
Este pronunciamiento podría marcar un punto de inflexión en la discusión pública sobre el impacto de la IA en los derechos laborales y de autor. Aunque actualmente no existen leyes específicas que regulen el uso de voces generadas por inteligencia artificial en México, ya se han presentado varias iniciativas legislativas en el Congreso. Estas propuestas buscan reformar la Ley Federal de Derechos de Autor y otras normativas para garantizar la protección de los trabajadores en la industria del doblaje.
El avance tecnológico plantea retos urgentes para las industrias creativas. La facilidad con la que una voz puede ser clonada y utilizada sin consentimiento genera preocupación no solo en México, sino también en otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, actores de Hollywood han comenzado a incluir cláusulas en sus contratos para proteger el uso de su imagen y voz de manera digital. En este sentido, la presión pública en México podría acelerar el proceso legislativo, ofreciendo una oportunidad para establecer un marco claro que permita la coexistencia entre la tecnología y la industria creativa.
La voz, más que una herramienta técnica, es un símbolo de identidad y emoción, central en el patrimonio cultural y laboral de quienes se dedican a contar historias. Protegerla no solo representa una medida legal, sino un acto de justicia ante una revolución tecnológica que amenaza con desdibujar la labor humana en el arte del doblaje.
Un informe de The Brookings Institution señala que la IA generativa aplicada al audio es una de las áreas más sensibles, debido a su capacidad para crear “deepfakes vocales”. Estas imitaciones digitales de voces humanas pueden ser utilizadas en anuncios, películas, videojuegos o contenido educativo sin que los actores originales tengan conocimiento o reciban compensación. A su vez, un estudio de PWC reveló que el 36% de las empresas en medios y entretenimiento ya utilizan IA para automatizar voces o tareas relacionadas con la producción de audio, lo que plantea un aumento significativo en comparación con años anteriores y genera inquietudes sobre el desplazamiento laboral en sectores creativos sin límites éticos y legales establecidos.
Frente a este panorama, la esperanza de los actores de doblaje radica en la capacidad de las autoridades para crear regulaciones que salvaguarden su trabajo y la esencia de su profesión en un mundo que avanza a pasos agigantados hacia la automatización.