La postergación de las obras de rehabilitación y ampliación del Malecón de Playas de Tijuana ha generado una creciente inquietud entre comerciantes y visitantes de esta zona turística. Desde su suspensión por parte de Protección Civil el pasado 13 de septiembre de 2024, el ambiente se ha vuelto de incertidumbre, ya que se prevé que la obra no se reanude hasta 2026.
El malestar es palpable en las voces de quienes diariamente dependen del flujo turístico. Salvador Ruiz, uno de los pocos vendedores ambulantes que permanecen en la zona durante la semana, expresó su preocupación al señalar que la falta de mejoras podría desincentivar la llegada de turistas en un momento crítico, justo antes del cierre de la temporada vacacional. “Soy de los pocos que diario estamos viendo la situación y sí está triste porque la gente no viene y menos va a querer venir si no embellecen el lugar. Ahora resulta que hay que esperar otros dos años”, comentó con desánimo.
La acumulación de basura y escombros, así como la falta de barandales de protección, contribuyen a una imagen deteriorada del malecón, lo que preocupa a los comerciantes. Jimena Salgado, una vendedora de artesanías, mencionó que las condiciones han llevado a muchos a buscar alternativas para generar ingresos, obligándola a trasladarse a la vía pública. “Tuve que subir a las calles porque muy poca gente está visitando la playa en comparación con años pasados. Yo creo que el clima tiene más que ver, pero también es importante porque no está tan bonito como para caminar”, añadió.
La situación se vuelve más crítica en temporada vacacional. Rafael Soto, un residente de la delegación, manifestó que solía visitar el malecón con sus hijos cada fin de semana, pero ante el deterioro del lugar ha optado por otras alternativas. “Vengo, algunas veces sí lo hago, pero últimamente como que no dan ganas por lo feo que quedó el lugar. Aunque ahora está más transitable que meses atrás, para los niños siento que no es un lugar seguro”, indicó.
La falta de claridad sobre cuándo se retomarán las obras ha generado frustración entre los visitantes. Javier Meza, quien se considera un habitual de la zona, criticó la falta de planeación por parte de las autoridades. “Es lamentable que no se hayan puesto de acuerdo o que no dijeran en su momento que había un problema. Nada más hicieron su quita y pega y dejaron las cosas peor de lo que estaban”, observó.
Las promesas de mejoras han sido una constante durante años. Manuel Córdova, un transeúnte que también ha seguido de cerca la situación, expresó su desconfianza ante las promesas de las autoridades. “Ya van años prometiendo que lo van a arreglar, y siempre hay una excusa nueva. Ojalá esta vez sí lo hagan y bien, porque lo mismo dijeron cuando empezaron”, concluyó con un tono de resignación.
La comunidad espera que las autoridades tomen cartas en el asunto y retomen los trabajos necesarios para recuperar la esencia del malecón, un lugar que ha sido un punto de encuentro y disfrute para locales y turistas por igual. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y con ella, la tristeza y la frustración de quienes ven un rincón de su ciudad deteriorarse sin una solución a la vista.