En Tijuana, un número alarmante de 2,781 niños y niñas migrantes, tanto mexicanos como extranjeros, enfrenta serios problemas de salud mental. Según información proporcionada por Diana Arena, presidenta de la Alianza para la Salud de las y los Refugiados A.C., estos menores han sido diagnosticados con estrés crónico, ansiedad y dificultades de aprendizaje, condiciones que han surgido tras ser testigos de ataques violentos dirigidos hacia sus padres o seres queridos.
El diagnóstico de estos niños se realizó tanto en el año 2023 como en lo que va del presente, evidenciando la necesidad de atender urgentemente su bienestar emocional. Arena explicó que, además de los traumas causados por la violencia, muchos de estos menores se enfrentan a la angustia de separarse de amigos y mascotas durante su proceso migratorio, lo que agrava aún más su situación. Estas circunstancias han llevado a que muchos de ellos necesiten atención psicológica especializada.
Para abordar esta problemática, Arena ha impulsado la creación de un libro titulado ‘Mi Viaje’, una herramienta diseñada para ayudar a los niños a expresar sus sentimientos a través de la escritura, el dibujo y el coloreado. Esta actividad no solo facilita el proceso terapéutico, sino que también les ofrece un espacio seguro para canalizar sus emociones. La especialista advirtió que, de no contar con este tipo de recursos, los menores corren el riesgo de volverse retraídos, antisociales o incluso violentos.
El libro también se ha adaptado para incluir una versión destinada a niños y niñas de Haití, quienes se encuentran dentro o fuera de los refugios en Tijuana. Esta iniciativa busca no solo aliviar el sufrimiento emocional de los menores, sino también proporcionar un apoyo educativo que les recuerde que pueden mejorar su situación personal y familiar a través del arte y la educación. La colaboración de organizaciones como Centro 32 y Save the Children ha sido fundamental en este esfuerzo, ya que ambas instituciones trabajan incansablemente por los derechos humanos de la infancia.
Las condiciones de vida en los albergues son difíciles, y cada día las familias deben ingeniárselas para sobrevivir en medio de carencias económicas y secuelas emocionales. La creación de recursos como ‘Mi Viaje’ no solo es un paso hacia la sanación de estos niños, sino también un recordatorio de que la salud mental es un componente esencial en el proceso de integración y desarrollo de los migrantes.
El trabajo de Arena y su equipo refleja un compromiso profundo por la salud y el bienestar de los niños migrantes, quienes a menudo son los más vulnerables en situaciones de crisis. La atención a su salud mental no puede ser una opción, sino una prioridad que requiere la colaboración de la sociedad en su conjunto, así como de las instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
La situación en Tijuana es solo un ejemplo de los desafíos que enfrentan los niños migrantes en toda la región, y subraya la necesidad de crear espacios donde puedan sentirse seguros y apoyados. Iniciativas como ‘Mi Viaje’ son un paso en la dirección correcta, pero es vital que se mantenga la atención y el compromiso hacia esta población que sigue lidiando con el impacto de la migración forzada.