Washington. La controversia en torno al caso de Jeffrey Epstein sigue generando un intenso debate en Estados Unidos, especialmente en el entorno político que rodea al presidente Donald Trump. Ayer, Alan Dershowitz, uno de los exabogados de Epstein, instó al Departamento de Justicia a liberar registros adicionales de la investigación sobre el tráfico sexual que involucra al fallecido empresario. En su intervención en Fox News Sunday, Dershowitz sugirió que, para avanzar en la búsqueda de la verdad, el gobierno debería considerar la posibilidad de conceder inmunidad a la exnovia de Epstein.
La solicitud de Dershowitz se produce en un momento en que la presión sobre Trump aumenta, ya que sus partidarios exigen más información relacionada con la clientela de Epstein y las circunstancias que rodearon su muerte en 2019. Durante la entrevista, Dershowitz mencionó que las transcripciones del gran jurado, que la fiscal general Pam Bondi había solicitado desvelar el viernes, no ofrecerían los nombres que muchos esperan, incluidos los de los supuestos clientes de Epstein.
“Creo que el juez debería liberarlo, pero no están en las transcripciones del gran jurado”, expresó Dershowitz, quien ha tenido acceso a algunos de los documentos involucrados en el caso. Destacó un informe del FBI que contiene entrevistas con presuntas víctimas, en el que al menos una de ellas menciona a figuras de gran relevancia. Sin embargo, esos nombres han sido redactados, lo que limita la disponibilidad de información crucial para la investigación.
En el marco de esta situación, la fiscal general Bondi había prometido que se divulgarían materiales adicionales, incluyendo “muchos nombres” y “registros de vuelo” relacionados con Epstein. Sin embargo, este mes, el Departamento de Justicia se retractó de esta promesa tras la publicación de un memorando conjunto con el FBI que desestimaba las teorías de conspiración que han circulado desde la muerte de Epstein, afirmando que no existía “ninguna lista de clientes incriminatorios” ni evidencias de chantaje.
El memorando también respaldó las conclusiones de una investigación anterior del FBI que determinó que Epstein había muerto por suicidio y descartó la posibilidad de un asesinato dentro de su celda en la cárcel de Manhattan. Esta información ha generado un mayor escepticismo entre los adeptos a las teorías de conspiración, quienes continúan presionando a Trump para que actúe y comparta más detalles sobre la red de tráfico sexual que envolvía a Epstein.
La presión constante sobre el presidente refleja no solo el interés del público por este caso, sino también la forma en que la política y los escándalos personales pueden intersectar en momentos críticos. Los aliados de Trump han manifestado su deseo de que el presidente tome una postura más activa en la divulgación de información, aunque el gobierno ha mantenido una postura cautelosa, priorizando la integridad de las investigaciones en curso.
A medida que avanza la controversia, es evidente que la saga de Epstein seguirá siendo un tema candente en el panorama político estadounidense, especialmente en un año electoral donde cada detalle cuenta. La relación entre el expresidente y el escándalo de Epstein podría tener repercusiones significativas en sus apoyos, en un contexto donde la transparencia se ha convertido en un valor fundamental para muchos votantes.
