El Ejército Nacional emitió un comunicado para aclarar su postura en relación con la situación judicial del general Federico Mejía, quien es objeto de una investigación formal por parte de la Fiscalía General de la Nación bajo la acusación de presunto concierto para delinquir. En este contexto, la Tercera División, con fecha de 13 de septiembre, precisó que la apertura de la indagatoria no se originó en una denuncia interna, como se había especulado en redes sociales y medios de comunicación.
En particular, el comunicado negó que el mayor general Erik Rodríguez Aparicio, segundo comandante del Ejército, hubiera presentado una denuncia contra Mejía, aclarando que su nombre aparece en el proceso administrativo debido a su cargo. La aclaración subrayó que la actuación de la Fiscalía se inició a raíz de una noticia publicada por la revista Semanario el 4 de mayo de 2025, la cual se hizo pública ese mismo día, poniendo en la mira a la Tercera División del Ejército.
Detalles de la investigación penal
En paralelo a la investigación penal, el Ejército también informó sobre la realización de las actuaciones disciplinarias internas correspondientes. La Procuraduría General de la Nación abrió una investigación disciplinaria motivada por la información divulgada en la publicación mencionada. “El Ejército Nacional reafirma su compromiso con los principios de Legalidad, Justicia, Transparencia y Respeto a los Derechos de todos los miembros de la Institución”, puntualizó el comunicado oficial.
La decisión de la Fiscalía de avanzar con la investigación se tomó tras la operación Perseo en el cañón del Micay, Cauca, donde surgieron revelaciones sobre posibles vínculos ilícitos entre militares y grupos armados ilegales en la región. Según registros oficiales, el caso fue asignado a un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia en Bogotá el 26 de agosto, bajo el número de Noticia Criminal 110016000102202500175.
Los hechos en cuestión ocurrieron el 4 de mayo de 2025 en Popayán, sede de la Tercera División del Ejército, que estaba bajo el mando de Mejía en ese momento. La denuncia de la revista hace referencia a la aparición de presuntos pactos entre miembros de esta división y grupos ilegales como la Segunda Marquetalia y organizaciones paramilitares. Fuentes castrenses citadas por el medio indican que varios uniformados han proporcionado información clave a las autoridades judiciales, sugiriendo la existencia de un pacto criminal entre enlaces del Ejército y hombres de la Segunda Marquetalia.
Reacciones del general Mejía
El general Mejía, quien dirigía la operación y era comandante de la Tercera División, reconoció ante el medio la “connivencia de algunos militares con la Segunda Marquetalia”. Además, la misma publicación reveló posibles acuerdos entre las tropas bajo su mando y organizaciones paramilitares en la zona de Ortega, Cauca. Entre las pruebas mencionadas se incluyen conversaciones de chat entre el general y un sujeto identificado como “Joselito”, acusado de armar civiles en la región para hacer frente a las disidencias, lo que se interpreta como un proceso de formación de grupos paramilitares.
Al ser consultado sobre la naturaleza de estos mensajes, Mejía justificó que transmitía “la misma información que yo les paso a todos los que me llaman”, especificando detalles operativos como “que van 120, que van 150, que vamos con 300 hombres”, entre otros datos relevantes.
La publicación de estos hechos y el avance de las investigaciones resultaron en la remoción de Mejía de la comandancia de la Tercera División. Desde entonces, el alto oficial ha sido destinado a la dirección del Centro Nacional de Entrenamiento, en Tolemaida. Con 35 años de carrera militar y un total de 42 condecoraciones, Mejía es reconocido por su trayectoria al mando de batallones de infantería y brigadas de selva. Su rol en la operación Perseo, dirigida en el corregimiento de El Plateado, Cauca, fue catalogado como uno de los golpes más relevantes contra el Estado Mayor Central de las disidencias de “Iván Mordisco”.