Una crisis política estalló en Guatemala luego de que se reportara la fuga de 20 pandilleros considerados “de alta peligrosidad” desde la prisión Fraijanes II, ubicada cerca de la capital. Los reos pertenecen a la pandilla Barrio 18, la cual ha sido catalogada como una organización “terrorista” por el gobierno de Estados Unidos.
A pesar de la gravedad del incidente, el gobierno no ha especificado cuándo ocurrió la evasión, que se produce en un contexto de creciente violencia y homicidios en el país. La situación ha desencadenado críticas contundentes hacia el presidente Bernardo Arévalo, así como llamados a la renuncia del ministro de seguridad.
El pasado domingo, las autoridades informaron sobre la fuga, provocando un fuerte descontento entre políticos, analistas y sectores empresariales, quienes han expresado su preocupación por la inacción del gobierno frente a este hecho. La reacción del gobierno de Estados Unidos no se hizo esperar, catalogando la fuga como “inaceptable”.
En el momento en que se reveló la fuga, Arévalo se encontraba en Europa, donde tuvo una reunión con el Papa León XIV. Regresó a Guatemala el lunes, en medio de una creciente presión por parte de la oposición y la sociedad civil.