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El achoque: un tesoro en peligro del lago de Pátzcuaro

La especie de anfibio llamada achoque, en peligro crítico de extinción, lucha por sobrevivir en Pátzcuaro.

En las profundidades del lago de Pátzcuaro, un tesoro biológico lucha por sobrevivir: el achoque, un anfibio en peligro crítico de extinción que tiene la extraordinaria capacidad de regenerar partes de su cuerpo. Este peculiar ser, conocido científicamente como Ambystoma dumerilii, es el foco de un esfuerzo comunitario encabezado por Armando González Alejo, quien busca rescatarlo y asegurar su reproducción en un ambiente seguro y estable.

La misión de rescate

Ubicada a más de 2,000 metros sobre el nivel del mar, la Isla Pacanda alberga a un grupo de vecinos que, bajo la dirección de González Alejo, trabaja incansablemente para proteger al achoque. Actualmente, se cuenta con una población adulta de aproximadamente 100 ejemplares en etapa reproductiva. La tarea no es sencilla; como menciona González Alejo, la reproducción de estos anfibios es un proceso complicado, que puede tomar de uno a un año y medio para alcanzar la madurez sexual. “Supongo que es como las personas, que les tiene que gustar su pareja”, añade entre risas.

El trabajo de este grupo no termina con la reproducción. Los achoques requieren cuidados constantes, ya que son vulnerables y no tienen defensas naturales. “Son como niños que, si los descuidan un momento, ya están en riesgo”, explica González Alejo. Con sus branquias cafés que se asemejan a cabello al viento, los achoques nadan sin intención de pelear, lo que los hace aún más susceptibles a los depredadores.

Retos y regeneración

Una experiencia difícil que relata González Alejo ilustra los peligros que enfrentan. “Un día no tenía dónde poner una trucha y la coloqué en el mismo estanque que el achoque, y me di cuenta de que le había comido la trucha la mitad del rostro. Pero lo bueno es que, con el tiempo, se regeneró”, recuerda. Esta capacidad de regeneración también se extiende a sus extremidades, lo que es crucial para su supervivencia.

El objetivo de esta pequeña granja de achoques es reintegrar a estos animales a su ecosistema, contribuyendo al equilibrio ecológico del lago de Pátzcuaro. Este esfuerzo no solo preserva una especie única, sino que también resalta la importancia de la conservación en un entorno amenazado por el cambio climático y la intervención humana.

El achoque es más que un simple anfibio; es un símbolo de la biodiversidad en México y un recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas. La lucha por su supervivencia continúa, y con ella, la esperanza de que este tesoro escondido en el lago de Pátzcuaro pueda ser salvado para las futuras generaciones.

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