En un vibrante espectáculo que resonó entre los árboles de cedro y caoba, más de 120 niños de origen yokot’an se convirtieron en el centro de atención en Simón Sarlat, Tabasco, donde el Gobernador Javier May Rodríguez fue testigo de su talento en la representación de “Una edad feliz”. Este evento, parte del Encuentro de Teatro Campesino e Indígena, no solo celebró la cultura local, sino que también simbolizó un renovado interés por parte de las autoridades hacia la comunidad campesina.
El regreso de los campesinos al escenario
Los actores, provenientes de la capital tabasqueña, realizaron su travesía hacia el poblado a través de caminos rurales que los llevaron a un escenario natural, fundado hace más de 43 años por María Alicia Martínez Medrano. Este laboratorio teatral ha sido un refugio de expresión para las comunidades indígenas y campesinas, y su labor se hizo evidente cuando los niños, emocionados, sorprendieron al público al arrojar flores durante la función.
El ambiente estaba cargado de energía y emoción. Al finalizar la presentación, que culminó a las 10:10 de la mañana bajo los cálidos rayos del sol, el Gobernador fue el primero en ponerse de pie y aplaudir, destacando la relevancia de estas iniciativas culturales para la identidad de la región.
Apoyo y reconocimiento a la cultura local
La presencia de Javier May, acompañado de funcionarios como Ana Jimena Monterde Corona, directora federal de Vinculación, fue un aliciente para la comunidad. “Nos da ánimo que venga el Gobernador, porque eso significa que hay mucho interés por nosotros”, compartió uno de los actores, quien pertenece a la primera generación de egresados del laboratorio. Este reconocimiento contrasta con años pasados de marginación y desprecio por parte de algunas autoridades, como recordaron los directores del laboratorio, Francisca García y Adalberto Sánchez.
“Nosotros, los campesinos, siempre éramos marginados. María Alicia nos rescató y se comprometió a formar actores campesinos, porque la actuación antes era para quienes tenían dinero y poder”, señalaron los directores. El compromiso de la fundadora ha trascendido, y la participación de los jóvenes en estas actividades culturales se ha convertido en un símbolo de esperanza y unidad.
El evento no solo dejó un impacto en los jóvenes actores, sino que también se convirtió en un recordatorio de la importancia de preservar las tradiciones y la identidad cultural en las nuevas generaciones. Como dijo el Gobernador, “mantienen la unidad y construyen identidad en las nuevas generaciones”.
La comunidad de Simón Sarlat, fortalecida por el apoyo de sus autoridades, sigue demostrando que el arte y la cultura son pilares fundamentales para el desarrollo y la cohesión social, dejando un legado que perdurará en el tiempo.