El Gobierno español se encuentra en un proceso acelerado para lanzar la adjudicación de una nueva licencia de televisión para la Televisión Digital Terrestre (TDT). Se espera que el concurso sea anunciado en las próximas semanas, con el objetivo de concluir la licitación antes de que termine el año.
Este apuro responde a la necesidad del Ejecutivo de mantener el control sobre el proceso de adjudicación, que se ha gestado desde la planificación de la reserva de dominio radioeléctrico realizada el 26 de marzo. Aunque han pasado meses desde entonces, los últimos detalles están siendo ultimados para evitar cualquier reclamación que pudiera obligar a un lanzamiento más amplio del concurso.
El anuncio podría realizarse a finales de septiembre o principios de octubre, y la urgencia radica en el marco legal estipulado por la Ley 13/2022, General de Comunicación Audiovisual. Según esta ley, si no se convoca el concurso dentro de un plazo de seis meses tras la reserva de dominio, cualquier empresa interesada podría exigir su inicio.
Si bien la ley permite hasta 18 meses antes de considerarse no convocado, el Gobierno busca evitar que surjan reclamaciones que podrían poner en riesgo su control sobre la adjudicación. La cadena El Toro TV ha expresado interés en participar en el concurso, una situación que el Ejecutivo desea evitar, especialmente después de perder a su aliado más importante, Prisa, por su negativa a apoyar un nuevo canal.
El proyecto del nuevo canal busca replicar el modelo de TVE, ofreciendo un formato centrado en la información política y tertulias durante varias horas al día. Inicialmente, el grupo Prisa era considerado como un socio clave, pero su decisión de no participar ha dejado al Gobierno en la búsqueda de alternativas.
Entre las opciones que el Gobierno está considerando, destaca el grupo Godó, conocido por sus medios como La Vanguardia y Mundo Deportivo. Sin embargo, la viabilidad económica de este proyecto es un factor preocupante, dado el contexto actual del sector, que ha visto una caída del 6% en los ingresos publicitarios para la televisión abierta en la primera mitad de 2025.
Este descenso ha afectado a grandes jugadores del mercado como Atresmedia y Mediaset, lo que puede hacer que los inversores se muestren reacios a participar en el lanzamiento del nuevo canal. Aunque Mediaset y Atresmedia podrían ser opciones viables, no se puede garantizar su participación hasta que la licitación se lleve a cabo.