Dos de cada diez escuelas en México continúan ofreciendo refrescos y alimentos “chatarra” a sus estudiantes, a pesar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) prohibió su venta desde marzo de 2024. Este incumplimiento se vuelve alarmante cuando se considera que en el país hay 12.7 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años con problemas de sobrepeso u obesidad.
Resultados de la encuesta sobre alimentos escolares
Los datos provienen de la “Encuesta nacional para conocer las opiniones de madres y padres de familia en relación con la aplicación de los Lineamientos de alimentos permitidos y no permitidos en las escuelas del país”, presentada por la Alianza por la Salud Alimentaria. El estudio revela que solo el 49 por ciento de los padres y madres recibieron pláticas sobre esta medida, aunque sorprendentemente, nueve de cada diez están de acuerdo con su implementación.
A pesar de estos desafíos, el 71 por ciento de los padres asegura que envían loncheras más saludables, mientras que seis de cada diez niños han incrementado su consumo de frutas y verduras. Esto refleja un cambio positivo en los hábitos alimenticios, aunque el camino hacia una alimentación escolar más saludable aún es largo.
Avances y retos en la alimentación escolar
La coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable, Liliana Bahena, destacó que en apenas cuatro meses se han logrado avances significativos que en 15 años parecían imposibles. Sin embargo, es evidente que la resistencia a cambiar hábitos y la falta de información siguen siendo obstáculos importantes.
Es fundamental que tanto las autoridades educativas como los padres de familia se involucren activamente en la promoción de un entorno escolar saludable, donde los niños no solo tengan acceso a alimentos nutritivos, sino que también reciban educación sobre la importancia de una alimentación balanceada. La salud de las futuras generaciones depende de acciones concretas y del cumplimiento de las normativas establecidas.