En un emotivo episodio de su programa Algo de Música en Luzu TV, Karina La Princesita compartió su experiencia sobre la motivación que la impulsa después de más de 20 años en la industria musical. Recibió al joven cantante Tiago PZK, quien se mostró curioso por conocer los secretos que permiten a la artista sostener su energía y pasión a lo largo de su carrera.
Reflexiones de una artista consagrada
La conversación entre Karina y Tiago se tornó profunda, abordando los altibajos que enfrentan los músicos. Karina reveló que, en su trayectoria, ha tenido momentos de duda y desánimo. “Me pasó muchas veces —dijo— en que llegué a pensar: ‘Bueno, no estoy en mi mejor momento’ y decidí que tal vez era hora de dejar la música”. Este tipo de pensamientos, relacionados con su salud mental, la llevaron a considerar otras opciones laborales lejos del escenario.
Sin embargo, todo cambió cuando nació su hija, un momento que definió como un quiebre emocional. “La música y mi hija me salvaron la vida”, confesó Karina, subrayando cómo la maternidad se convirtió en un motor poderoso. “Cuando no tenía fuerzas por mí, pensaba: ‘Le tengo que dar un buen ejemplo a mi hija de que siempre se puede’”, agregó.
El legado de valores y empoderamiento
Karina enfatizó el orgullo que siente, no solo como artista, sino también por el ejemplo que le brinda a su hija. “Hoy me siento más orgullosa como artista que como mamá, porque veo en ella los valores que le he transmitido”, comentó. La cantante destacó que su hija, marcada por la empatía y la solidaridad, representa el legado familiar que ella desea seguir cultivando.
En la actualidad, Karina observa con alegría cómo su hija comienza a componer sus propias canciones. “Me imagino en su show, entre el público, alentándola como lo hizo mi mamá conmigo”, celebró, reflejando la emoción que siente por el crecimiento de la próxima generación.
El intercambio en Algo de Música puso de manifiesto la importancia del apoyo familiar y la necesidad de buscar ayuda en momentos difíciles. Karina La Princesita dejó claro que la perseverancia en la música no depende únicamente de la fama, sino de la habilidad de reinventarse, de cuidar el bienestar propio y de transmitir a sus hijos la certeza de que siempre se puede volver a empezar.