La autonomía estratégica ha emergido como un elemento fundamental en las políticas industrial, sanitaria y científica en España. Durante un coloquio organizado por Diariofarma, representantes del Gobierno, del sector farmacéutico y del Parlamento coincidieron en que este concepto ha evolucionado de ser una aspiración a convertirse en una acción concreta respaldada por financiamiento, normativa y evaluaciones efectivas.
En el evento, se abordó cómo la estrategia puede potenciar la autonomía estratégica en el país, en un contexto marcado por la pandemia y las tensiones geopolíticas que han puesto a prueba las cadenas de suministro. Este encuentro reunió a figuras clave como Teresa Parejo, directiva del Ministerio de Industria, y Sonia García del Ministerio de Sanidad, quienes resaltaron la importancia de fortalecer la capacidad productiva y la resiliencia del sector.
Un enfoque conjunto para la autonomía estratégica
Teresa Parejo destacó que la Estrategia de la Industria Farmacéutica (EIF) y el futuro proyecto de Ley de Industria y Autonomía Estratégica se complementan en la búsqueda de una “autonomía estratégica abierta”. Esto implica un marco de gobernanza estable y procedimientos simplificados que faciliten la inversión en sectores clave.
Sonia García, por su parte, contextualizó esta autonomía dentro de una pérdida de competitividad global, afirmando que el pilar 3 de la EIF tiene como objetivo fortalecer la competitividad del sector mediante el desarrollo de cadenas de suministro más sólidas y sostenibles. Además, mencionó que el Anteproyecto de Ley de los Medicamentos integra este principio en los procesos de precio y financiación, priorizando aspectos de resiliencia y sostenibilidad en la compra pública.
Desafíos y oportunidades en el sector farmacéutico
Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria, enfatizó la necesidad de fortalecer la competitividad del sector y la importancia de mantener un diálogo constructivo con la administración. Esteve hizo hincapié en que España se ha posicionado como un referente en investigación clínica gracias a la colaboración público-privada, y abogó por extender este modelo a otras áreas como la producción industrial.
Raquel Yotti, comisionada del Perte para la Salud de Vanguardia, subrayó que la soberanía del conocimiento es esencial para la autonomía estratégica. Esto implica que la investigación y la innovación deben ser pilares del sistema productivo, y que la política científica y la industrial deben avanzar de forma integrada.
La diputada Inés Granollers propuso que la futura Ley de Industria debe fortalecer la soberanía productiva sin sacrificar el equilibrio territorial. Esta legislación debe ser un compromiso político que redefine el papel del Estado en la política industrial y fortalezca la soberanía en sectores críticos.
El debate también abordó los retos que enfrenta la autonomía estratégica, como la necesidad de fortalecer la planificación interministerial y establecer mecanismos de evaluación que aseguren la colaboración público-privada. Según Parejo, el objetivo es construir una política unificada que potencie la resiliencia, sostenibilidad y competitividad de España.
Este enfoque integral busca crear un entorno favorable para la producción de medicamentos críticos en el país, garantizando que sea rentable y competitivo, y a la vez asegurando la salud de los ciudadanos.






























































