En medio de un ambiente de tensión y desconfianza, el gobierno de Javier Milei se enfrenta este domingo a unas elecciones cruciales en la provincia de Buenos Aires (PBA), donde la incertidumbre por el impacto de las recientes acusaciones de corrupción está a la orden del día. La presencia del líder de La Libertad Avanza en su bunker genera más preguntas que respuestas, ya que los libertarios temen que estas denuncias afecten la participación electoral y la fidelidad de sus votantes.
Temores de los libertarios ante la elección
Las filtraciones de audios que involucran al Presidente y a su hermana han sembrado descontento entre aquellos que apoyaron a Milei en 2023. Existe un temor palpable de que el desencanto pueda llevar a una baja participación, proyectando entre un 50 y 60 por ciento de asistencia, un número alarmante para el oficialismo. Esto es particularmente preocupante en un contexto donde la elección legislativa provincial suele atraer menos votantes que las nacionales.
Además, hay inquietud por la posibilidad de que los indecisos que acudan a las urnas se inclinen por fuerzas no kirchneristas, pero tampoco libertarias, como SOMOS y Hechos. Las dificultades que enfrentará el operativo de fiscalización, conocido como “violeta”, también generan dudas sobre su efectividad para contrarrestar al aparato del kirchnerismo y del Partido Justicialista (PJ).
Un panorama incierto y estrategias cambiantes
Tras semanas de acusaciones de corrupción, el gobierno ha cambiado su estrategia comunicativa, pasando de un discurso de temor frente a una posible derrota ante el kirchnerismo a un intento de mostrar optimismo. Sin embargo, este optimismo parece frágil, dado el clima de tensión económica, con un aumento del dólar y caídas en los bonos. La campaña ha girado en torno a la frase “Kirchnerismo Nunca Más”, tratando de movilizar a los votantes que se sienten amenazados por un posible regreso de figuras como Cristina Kirchner, Axel Kicillof, y Sergio Massa.
El gobierno también enfrenta un contexto complicado por los recortes en fondos para discapacidad y salud, que han generado críticas en la población. Esta situación se ha visto agravada por comentarios desafortunados de funcionarios, como los de Daniel Parisini, que han encendido aún más la indignación pública.
A medida que se acerca la elección, la preocupación crece entre los operadores del gobierno, conscientes de que una derrota, incluso por un margen estrecho, podría interpretarse como un mal augurio para las elecciones nacionales de octubre. La estrategia del gobierno se centra en evitar un golpe fuerte a su imagen, ya que un descalabro mayor a 5 puntos sería considerado catastrófico.
La expectativa está en cómo se desarrollarán los eventos en las próximas horas, mientras los libertarios esperan ansiosos los resultados en el salón privado de Vonhart, donde la incertidumbre y el desasosiego podrían marcar el rumbo de su futuro político.