La situación en Seduma ha generado un creciente descontento entre empresarios y ciudadanos. Desde su nombramiento, la titular, Karina Lizeth Saldivar, ha sido objeto de críticas por su aparente incapacidad para cumplir con las responsabilidades de su cargo. A pesar de que su trayectoria previa se limitaba a ser Jefa de Departamento en la alcaldía de Ciudad Victoria, fue promovida al gabinete de la Cuarta Transformación, un ascenso que muchos consideran injustificado.
Las expectativas de cambio que algunos sectores industriales tenían al inicio de la administración de Morena se han desvanecido. En lugar de una mejora, ha crecido la percepción de que la corrupción se ha intensificado, evidenciada por el aumento de denuncias sobre irregularidades en los procesos administrativos. Saldivar, consciente de las quejas, ha instado a la población a denunciar cualquier acto de corrupción, aunque su insistencia en que “eso ya quedó en el pasado” suena a un intento de minimizar la gravedad de la situación.
La titular de Seduma se presenta como una figura optimista en un entorno que muchos consideran sombrío. Ella afirma que su gestión se centra en erradicar el “coyotaje” y que las empresas pueden realizar trámites ambientales de manera digital y gratuita. Sin embargo, los resultados son preocupantes. Los procesos son lentos y burocráticos, lo que ha llevado a que las denuncias presentadas por empresarios de Altamira, Reynosa y Ciudad Victoria no avancen, generando frustración en el sector.
En entrevistas, Saldivar ha mostrado un conocimiento limitado sobre temas cruciales relacionados con su área. Por ejemplo, erróneamente mencionó a la Conibio, cuando debía referirse a la Conabio, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Esta falta de preparación plantea dudas sobre su capacidad para liderar una dependencia tan importante.
Los compromisos políticos que facilitaron su llegada a Seduma parecen haber sido cumplidos, lo que sugiere que es momento de que la administración evalúe su continuidad. El gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA debe considerar una reestructuración en la dependencia, ya que la incapacidad de Saldivar no solo afecta su imagen, sino también la confianza del sector empresarial en el gobierno.
La situación es crítica y es evidente que se requiere un cambio urgente para revertir la percepción de ineficacia y corrupción en Seduma. Mientras tanto, los empresarios y ciudadanos continúan a la espera de respuestas y soluciones efectivas.
Por hoy es todo. Es fundamental mantenerse alerta ante la situación actual y exigir una rendición de cuentas efectiva.
































































