El reciente aniversario de La Sonora Santanera fue conmemorado en la Cámara de Diputados, gracias a la iniciativa del diputado Sergio Mayer. Este evento, a pesar de su carácter cultural, generó controversia por su falta de seriedad en un recinto gubernamental.
La celebración, que incluyó bailes y música, fue criticada por su frivolidad y por ser vista como una distracción en un contexto donde el país enfrenta serias problemáticas sociales y económicas. La diputada Kenia López Rabadán mencionó que Mayer había organizado un pequeño concierto para conmemorar el evento.
En medio de la polémica, Sergio Gutiérrez Luna defendió la realización del evento, afirmando que las actividades culturales no debían interrumpirse a pesar de las emergencias en Veracruz y otras regiones afectadas por inundaciones.
La mezcla de lo festivo con lo político no es nueva en el ámbito mexicano. Históricamente, el relajo ha servido como un mecanismo de distracción para un pueblo que ha enfrentado adversidades. La frivolidad del evento en la Cámara pone de manifiesto esta tendencia.
Además, en un contexto reciente, el Senado también ha sido criticado por la realización de eventos que parecen distanciarse de su función legislativa, como la celebración del LXII Congreso Nacional Masónico.
La cultura del relajo, que se manifiesta en diversas celebraciones y eventos, refleja una realidad en la que la seriedad política se ve desplazada por la búsqueda de entretenimiento, en un país donde la situación económica y social sigue siendo crítica.






























































