La actriz mexicana Mayra Hermosillo ha logrado dar un giro sorprendente a su carrera al debutar como directora en el prestigioso Festival de Venecia con su película “Vainilla”, una obra profundamente inspirada en su infancia matriarcal. Harta de las constantes negativas en audiciones para series y películas, Hermosillo decidió tomar las riendas de su narrativa y contar su propia historia.
“La película nace del miedo de no poder ser actriz, de muchos ‘no’ constantes: ‘no te quedaste en la película’, ‘no te quedaste en la serie’”, relata en una entrevista con EFE. Esta reflexión la llevó a escribir sobre su vida y su familia, creando una historia que se desarrolla en el México de finales de los años ochenta, centrada en Roberta, una niña interpretada por Aurora Dávila, que intenta ayudar a su familia compuesta por siete mujeres a evitar el desahucio.
Una historia personal y conmovedora
El corazón de “Vainilla” radica en el vínculo matriarcal que define la vida de la protagonista. Hermosillo comparte que “fue una etapa de mi vida donde no había dinero para sostenernos solas”, lo que las llevó a vivir bajo el mismo techo, incluyendo a su bisabuela, abuela y tía. Este entorno familiar, marcado por la lucha y la resiliencia de las mujeres, se convierte en el motor de la trama. “Tenía un miedo constante a perder esa estructura”, confiesa la directora.
La película no solo es un reflejo de su historia familiar, sino que también permite a Hermosillo explorar su propio proceso de sanación y entendimiento sobre las mujeres que la criaron. “Cuando las vi en rodaje en otras pieles, con otra voz, era como si me estuvieran regalando una nueva perspectiva de lo que yo había vivido”, expresa, visiblemente emocionada.
Un debut prometedor tras años de trabajo
La escritura de “Vainilla” fue un proceso arduo que comenzó en 2018, y aunque la directora enfrenta una industria cinematográfica desafiante, su trabajo ha sido reconocido en uno de los festivales más importantes del mundo. Hermosillo comparte que cuando conoció la selección de su película para el festival, “no lo entendía”, pero ahora, en medio del bullicio de periodistas y cinefilos en Venecia, su emoción es palpable.
“Estoy muy agradecida porque ahora entiendo lo que puede mover un festival como este”, afirma, y destaca que nunca sintió miedo de dirigir, ya que lo hizo “sin pretensiones”. Con su debut en Venecia, Hermosillo no solo busca dejar una huella en la industria, sino que también planea continuar detrás de las cámaras, desarrollando su filmografía con otros cortometrajes como “En la piel de Lucía” (2018) y “Me quedo aquí” (2021).
La cineasta ya está trabajando en un nuevo proyecto que también tendrá tintes personales sobre la industria del cine y los retos de hacerse un nombre en este ámbito. Con un helado de vainilla tatuado en su brazo, Hermosillo simboliza la dulzura y la lucha que acompaña su carrera en el cine.
“Vainilla” no solo representa un logro personal para Mayra Hermosillo, sino también una celebración de la fuerza y el legado de las mujeres en su vida, un tributo a su historia que resuena con el público en un festival de renombre mundial.