La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se aproxima y el gobierno mexicano debe reforzar su equipo negociador. Según Kenneth Smith Ramos, exjefe negociador técnico del tratado, el país cuenta actualmente con aproximadamente el 50% del personal necesario para llevar a cabo negociaciones comerciales efectivas.
Desde el anterior sexenio, se han perdido alrededor de 50 expertos del equipo que solía estar compuesto por entre 80 y 90 personas. Aunque se han contratado menos de diez nuevos miembros, la falta de expertos se siente no solo en la Secretaría de Economía, sino también en otras dependencias gubernamentales que requieren capacitación y más recursos para el 2026.
Smith Ramos también resaltó que el cierre de oficinas internacionales de la Secretaría de Economía, como la que se encontraba en Washington, representa un problema grave. Aunque esta oficina ha reabierto, lo hace con menos personal, lo cual limita el acceso a información crucial sobre otros países.
El exnegociador advirtió que hasta el año 2028, el T-MEC enfrentará “turbulencia fuerte” durante la administración del presidente estadounidense Donald Trump. Destacó la importancia de adaptarse a esta nueva realidad y de contrarrestar el proteccionismo.
En cuanto a la revisión del tratado, Smith visualiza varios escenarios posibles, desde una revisión limitada que establezca políticas comunes contra prácticas desleales de China, hasta una revisión exitosa que se centre en reglas de origen en sectores como el automotriz, acero y aluminio. Esto último evitaría abrir lo que él llama la “caja de Pandora”.
También mencionó la posibilidad de una revisión recurrente que mantendría el diálogo y la evaluación anual, asegurando la vigencia del tratado hasta 2036, o el riesgo de ruptura, que implicaría la amenaza de que Estados Unidos se retire del acuerdo. Sin embargo, Smith considera que no hay una intención inminente de que esto ocurra.
Si se decide renegociar, el experto cree que será complicado que las negociaciones se concluyan en un plazo de seis meses, dada la naturaleza del presidente Trump de ejercer presión sobre sus socios comerciales.
