El Partido Democrático de Albania ha calificado de “inconstitucional” la reciente decisión del primer ministro Edi Rama de nombrar a una Inteligencia Artificial como “ministra” encargada de las labores de contratación pública. Esta decisión ha generado un fuerte debate en el país, especialmente por las implicaciones legales y éticas que conlleva.
Críticas a la decisión del primer ministro
El líder del partido conservador, Gazment Bardhi, ha expresado su descontento afirmando que el decreto es “ridículo” y “completamente anticonstitucional”. Según Bardhi, esta medida contradice varios artículos de la Constitución, específicamente los artículos 96, 97, 102 y 103, que establecen los requisitos para ser ministro, tales como tener ciudadanía albanesa, ser mayor de 18 años y estar “mentalmente capaz”. “¿Cuáles de estas cualidades cumple la ministra ‘Diella’?”, cuestionó Bardhi a través de su cuenta de Facebook.
Además, el líder opositor fue más allá al criticar también al presidente albanés, Bajram Begaj, afirmando que “está intentando transformar la República en un caos, como él mismo es”. Esta declaración refleja la creciente tensión política en Albania, donde las decisiones gubernamentales son cada vez más cuestionadas.
La respuesta del gobierno y la propuesta tecnológica
Por su parte, Edi Rama defendió su decisión durante una conferencia de prensa, destacando que la IA “Diella” será parte de un esfuerzo por aumentar la transparencia en las contrataciones públicas. “Contará con una estructura adaptada y un mandato especial para derribar los miedos y las barreras de la administración”, aseguró Rama, quien se encuentra en su cuarto mandato.
El primer ministro resaltó el “sello digital” que ha promovido en los últimos años, haciendo énfasis en que la incorporación de la Inteligencia Artificial es un paso hacia la modernización del Estado. Según Rama, esta medida busca no solo implementar tecnología avanzada, sino también mejorar la eficiencia en los procesos administrativos.
Sin embargo, la controversia persiste. La oposición argumenta que la inclusión de una IA en un cargo de tal relevancia podría sentar un precedente peligroso, abriendo la puerta a decisiones automatizadas que carecen de juicio humano. La discusión sobre la capacidad de una IA para asumir funciones gubernamentales plantea interrogantes sobre el futuro de la gobernanza en un mundo cada vez más digitalizado.
Es evidente que la decisión de Rama ha polarizado a la sociedad albanesa, y las repercusiones de este nombramiento seguirán siendo tema de debate en el país. Mientras tanto, la oposición se prepara para continuar su lucha en un entorno donde la tecnología y la política parecen estar más entrelazadas que nunca.
