En un giro inesperado de la política local, el dirigente del PAN en Michoacán, Carlos Quintana Martínez, lanzó fuertes acusaciones contra el PRD por exponer públicamente a un militante panista que labora en el Ayuntamiento de Morelia. La controversia surgió después de que el líder perredista, Octavio Ocampo Córdoba, señalara al trabajador de incitar protestas contra la senadora Araceli Saucedo.
Responsabilidad política y libertad de expresión
Quintana no escatimó en palabras al expresar que “si decides ocupar un cargo público, tienes que estar expuesto a la crítica de la ciudadanía”, y añadió que “no debes tener la piel tan sensible para que te estés quejando de esa forma”. Este comentario fue en respuesta a las acusaciones de “violencia psicológica” que la senadora del sol azteca había denunciado, lo que llevó al panista a enfatizar que la crítica hacia los representantes públicos no debe equipararse automáticamente a violencia política de género.
“Si estamos en un cargo público hay que aguantar la crítica”, insistió, subrayando la importancia de la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a cuestionar a los políticos sin importar sus afiliaciones partidistas. Además, Quintana responsabilizó a la dirigencia del PRD Michoacán por cualquier afectación que pudiera sufrir el trabajador señalado, refiriéndose específicamente a un joven llamado Mauricio.
Un llamado a la acción
En un tono desafiante, el dirigente panista instó a sus opositores a “ponerse a trabajar” y a iniciar la entrega de todos los bienes del PRD, ya que “ya están a dos años de iniciar la liquidación de ese partido”. Esta declaración no solo pone en cuestión la gestión del PRD, sino que también refleja la intensificación del conflicto entre ambos partidos en la entidad.
Por último, Carlos Quintana reiteró que su partido continuará defendiendo el derecho de los ciudadanos a cuestionar a quienes ejercen cargos de representación, advirtiendo sobre el riesgo de inhibir la participación social ante denuncias que puedan ser utilizadas como blindaje ante la crítica ciudadana.
Este episodio resalta no solo la tensión política entre el PAN y el PRD en Michoacán, sino también la necesidad de mantener un diálogo abierto y constructivo que permita a los ciudadanos expresar sus inquietudes sin temor a represalias. La realidad es que la política local sigue siendo un terreno de confrontación, donde las acusaciones y las críticas son el pan de cada día.
