La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó que las Fuerzas Armadas de México están fundamentadas en valores que las obligan a actuar con rectitud, representando así la esencia de México en cada acción. “Sin esos valores, nada perdura; lo opuesto a la honestidad es la corrupción, que debe considerarse siempre como lo que es: una traición a los valores. La corrupción es deslealtad, por lo que no puede tener cabida en nuestras instituciones”, expresó la Mandataria.
En un evento que reunió a altos mandos de las Fuerzas Armadas, así como a la presidenta de la Cámara de Diputados y al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Sheinbaum recordó los orígenes de la fuerza naval mexicana y el establecimiento del orden republicano. Estableció un paralelismo entre los principios de las Fuerzas Armadas y los valores morales del gobierno civil.
La Presidenta subrayó que el honor que acompaña a las Fuerzas Armadas implica vivir con rectitud y ser conscientes de que cada acción refleja a México. “La lealtad es una fidelidad total al pueblo y a la patria; el deber nos impulsa a cumplir nuestra misión sin titubeos; el patriotismo se manifiesta en el amor a la nación, expresado a través de la entrega y el sacrificio; y la honestidad es la base que da sentido y fuerza a todos los demás valores. Porque sin ella, nada dura”, añadió.
Sheinbaum hizo hincapié en que la lealtad hacia la patria también exige lealtad a la verdad y a los principios, advirtiendo que la corrupción “no solo destruye instituciones, sino que corroe el alma nacional”. “Debemos sancionarla y, al mismo tiempo, elevar la honestidad como principio de vida. La existencia de quienes servimos al pueblo y a la patria demanda valores profundos, no lujos superfluos. ¿De qué sirve el dinero mal habido si a cambio se pierde la reputación y el legado?”, cuestionó.
En una parte de su discurso, que generó aplausos entre el personal naval y los presentes, la Presidenta instó a los servidores públicos a vivir con rectitud y a encontrar en el ejemplo su mayor legado. “No hay riqueza que supere al honor; no hay poder más grande que el de la lealtad; no hay herencia más valiosa que el ejemplo de vivir con rectitud. La verdadera valentía radica en mantener la honestidad cuando nadie observa, rechazar la corrupción y ser un modelo para la familia, los compañeros y toda la nación”.
Sheinbaum recordó que el 4 de octubre de 1821, cuando se consumó la Independencia, se estableció el Ministerio de Guerra y Marina, precursor de la actual Secretaría de Marina. Tres años más tarde, el Congreso Constituyente promulgó la primera Constitución federal, que definió la separación de poderes.
“Doscientos años después, en 2024, el pueblo de México tomó una decisión valiente: que los tres poderes -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- sean elegidos por voto popular”, enfatizó la Presidenta, haciendo alusión al proceso de reforma judicial impulsado por su gobierno.
Además, recordó la batalla de San Juan de Ulúa, el 23 de noviembre de 1825, donde la Armada logró la rendición del último bastión español en el territorio nacional, cerrando así el ciclo de la dominación colonial. “Estas tres memorias -la creación de la Armada, la primera Constitución y la victoria en San Juan de Ulúa- nos recuerdan que la soberanía no es un legado fácil ni una dádiva pasajera. La soberanía se conquista, se protege y se defiende todos los días”, concluyó.
