En una medida controversial, cientos de soldados han comenzado a ser desplegados en el área metropolitana de Chicago, luego de que el presidente Donald Trump exigiera que se encarcelara al alcalde de la ciudad y al gobernador de Illinois por su falta de colaboración en la contención de las protestas contra las redadas migratorias.
El despliegue se inició la noche del miércoles, y comprende aproximadamente 200 miembros de la Guardia Nacional de Texas y 300 de Illinois. El Ejército anunció esta operación a pesar de la oposición de las autoridades locales, quienes han recurrido al sistema judicial para cuestionar la legalidad de esta acción.
Los soldados están destinados a proteger a los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y a otros funcionarios federales en la región. Según el Comando Norte de Estados Unidos, “Estos soldados son empleados para proteger a los Servicios de Inmigración y Control de Aduanas y a otro personal de gobierno que desempeña funciones federales”.
Chicago, siendo la ciudad más grande de Illinois y la tercera en el país, se ha convertido en un nuevo foco dentro de la estrategia de Trump contra la inmigración indocumentada. Esta estrategia ha generado acusaciones de violaciones a los derechos humanos, autoritarismo y ha provocado numerosas manifestaciones y acciones legales en su contra.
Las operaciones de ICE han estado marcadas por la presencia de agentes encubiertos en varias ciudades gobernadas por demócratas, quienes están encargados de llevar a cabo las redadas de inmigrantes indocumentados, impulsados por las incendiarias declaraciones de Trump.
Los alrededores de los centros de detención de ICE en las afueras de Chicago son escenario de protestas diarias, lideradas por activistas que intentan bloquear la salida de vehículos oficiales. En algunos casos, estas manifestaciones han resultado en enfrentamientos, incluyendo el lanzamiento de objetos como piedras y botellas.
La oposición demócrata ha impugnado el despliegue militar ante los tribunales, acusando a Trump de “castigar a sus enemigos políticos”. Cabe mencionar que este no es el primer caso de despliegue militar en ciudades gobernadas por demócratas, ya que Trump ha enviado a la Guardia Nacional a Los Ángeles, Washington y Memphis, a menudo en contra de la voluntad de las autoridades locales.
