En un episodio reciente de su pódcast, el exmonje Jay Shetty conversó sin reservas con la periodista y autora Tamsen Fadal sobre los efectos de la menopausia y la perimenopausia en la vida de millones de mujeres. Juntos, abordaron el silencio, los mitos y la urgencia de establecer una conversación global que transforme la percepción social de esta etapa vital.
Visibilizando la menopausia
Más de la mitad de las mujeres en el mundo experimentarán la menopausia, pero la desinformación y el silencio marcan este proceso. Tamsen Fadal se ha convertido en una de las voces más influyentes en la lucha por visibilizar la menopausia, promoviendo un diálogo que busca romper el tabú y ofrecer soluciones prácticas. Reconocida por su trabajo en medios y autora de How to Menopause, Fadal se dedica a investigar y compartir su experiencia personal, buscando que las mujeres no se sientan solas en esta transición que puede abarcar hasta un tercio de sus vidas.
“Durante 30 años en el periodismo, nunca mencioné la palabra menopausia en televisión. Eso dice mucho sobre el nivel de silencio que existe”, relató Fadal. Su diagnóstico llegó con una nota médica vaga, lo que la llevó a buscar respuestas y a descubrir que este año, un millón de mujeres en el mundo entrarían en la menopausia.
Desmitificando un tabú
El tabú en torno a la menopausia y la perimenopausia tiene raíces en el sexismo y el edadismo. Fadal denuncia que la sociedad y el sistema médico a menudo “despiden” a las mujeres tras sus años reproductivos, asumiendo que su mejor etapa ha terminado. Esta visión excluye a millones de mujeres y perpetúa la falta de información y atención médica. “Mi meta es que nunca más se asocien las palabras menopausia y tabú”, afirmó.
Existen más de 30 síntomas posibles de la menopausia, muchos de ellos desconocidos. Entre los más frecuentes se encuentran la niebla mental, cambios de humor, ansiedad, insomnio y aumento de peso. “El síntoma más incapacitante para mí fue la niebla mental. Llegué a no reconocerme frente al espejo”, confiesa Fadal. Estos cambios pueden afectar considerablemente tanto la vida profesional como la familiar, generando incomprensión en el ámbito laboral y en las relaciones personales.
Desafíos en la atención médica
La escasez de formación médica es otro obstáculo significativo. Muchos profesionales reciben apenas un día de instrucción sobre menopausia durante su formación. Como resultado, el 75% de las mujeres que buscan ayuda por síntomas no reciben el tratamiento adecuado. “A menudo, los médicos recetan antidepresivos en vez de identificar la perimenopausia”, explicó Fadal. Ignorar la menopausia o no tratarla puede incrementar riesgos a largo plazo, como la osteoporosis y problemas cardiovasculares.
Estudios recientes sugieren que la frecuencia de los sofocos podría estar relacionada con la salud cardiaca, lo que subraya la importancia de una atención adecuada y oportuna. Las sociedades médicas consideran la terapia hormonal como la alternativa más eficaz para los sofocos y la sequedad vaginal. Sin embargo, su uso cayó tras un estudio de 2002, que alarmó sobre el riesgo de cáncer de mama, reduciendo el porcentaje de mujeres que la utilizan del 44% al 4%.
Según Fadal, la terapia hormonal ha sido clave en su experiencia personal, aunque no es adecuada para todas. Ella también resalta la importancia de realizar cambios en el estilo de vida: dormir bien, incorporar entrenamiento de fuerza y mantener una alimentación equilibrada. “El apoyo de una comunidad es clave. Tener un grupo de mujeres con quienes compartir la experiencia cambia todo el proceso”, afirmó.
El papel de la familia y la educación
El acompañamiento de la pareja, los hijos y el entorno cercano puede ser decisivo. Fadal insiste en que “es fundamental que los hombres entiendan qué es la menopausia y cómo pueden apoyar. La conciencia y la empatía son el primer paso”. La falta de información puede generar conflictos y rupturas de pareja, cuando muchos cambios tienen un origen biológico y hormonal.
La autora aboga por una educación transversal sobre la menopausia, desde las escuelas hasta la formación médica. Propone a las mujeres jóvenes adoptar hábitos saludables y someterse a pruebas como la densitometría ósea para evaluar su salud. “No se trata de evitar la menopausia, sino de llegar preparadas y con recursos para afrontarla”, explicó.
Fadal concluyó que la menopausia, lejos de ser un final, puede convertirse en una etapa de autodescubrimiento y propósito renovado. Su mensaje es claro: las mujeres pueden encontrar en este proceso una oportunidad para conocerse y reivindicar su bienestar.