El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el lunes que en Corea del Sur se está llevando a cabo una “purga o revolución”, justo antes de recibir al presidente Lee Jae Myung en la Casa Blanca. La declaración de Trump fue contundente: “¿Qué está pasando en Corea del Sur? Parece una Purga o Revolución. No podemos permitir eso y hacer negocios allí”, aunque no especificó a qué acontecimientos se refería.
Este mensaje coincide con la solicitud de fiscales surcoreanos, quienes el domingo pidieron la detención del ex primer ministro Han Duck-soo por presuntamente ayudar al ex presidente Yoon Suk Yeol a declarar la ley marcial el 3 de diciembre de 2024. Yoon fue destituido en abril y actualmente se encuentra detenido, junto con su esposa.
Un encuentro crítico en la Casa Blanca
El presidente Lee será recibido al mediodía, hora local, por Trump, quien ha reprimido públicamente a líderes de otras naciones, como el presidente de Ucrania y el de Sudáfrica. Este encuentro tiene el potencial de convertirse en un desafío para Lee, quien llegó al poder en junio y es considerado de izquierda. La situación política en Corea del Sur ha sido tensa, con un desenlace que ha generado preocupación internacional.
Resulta interesante notar que Trump podría estar refiriéndose a la crisis política en Corea del Sur, la cual se intensificó hacia finales de 2024, cuando Yoon intentó derrocar el poder civil, enviando soldados armados al parlamento. Este contexto agrava la tensión existente entre las naciones.
Temas de seguridad y comercio en la agenda
El nuevo presidente surcoreano llega a Washington buscando acuerdos sobre comercio y estrategias frente a Corea del Norte. La agencia oficial KCNA reportó que el líder norcoreano, Kim Jong Un, supervisó pruebas de misiles de defensa antiaérea el sábado, lo que añade urgencia a las discusiones.
Además, la reunión debería abordar la alianza militar entre Estados Unidos y Corea del Sur, en la que están estacionados 28,500 soldados estadounidenses. Trump ha criticado frecuentemente los gastos que incurre su país para garantizar la seguridad de sus aliados, lo que podría influir en el tono de las negociaciones.
En conclusión, la situación en Corea del Sur y la respuesta de Estados Unidos son temas que merecen un seguimiento cercano, dados los posibles impactos en la estabilidad regional y en las relaciones internacionales. La atención está centrada en cómo se desarrollarán las conversaciones entre Trump y Lee, y qué implicaciones tendrán para ambos países.
