En un polémico anuncio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha limitado el uso del Tylenol, un popular analgésico, en mujeres embarazadas y recién nacidos. Trump asoció directamente este medicamento con el autismo, a pesar de las contundentes críticas del sector médico que insiste en su seguridad y necesidad ante condiciones más graves durante el embarazo.
Durante una conferencia de prensa, el mandatario repitió en múltiples ocasiones la advertencia de “no consuman Tylenol, no se lo den a los niños”. Esta postura se fundamenta en la creciente preocupación por el autismo, que según datos de marzo de 2023, afecta a 1 de cada 31 niños en Estados Unidos, un aumento respecto a la cifra previa de 1 de cada 36.
Trump calificó la situación como “una crisis terrible”, señalando que el Tylenol debe ser etiquetado con advertencias en los puntos de venta. Sugirió que su uso debería restringirse solo a “fiebres extremas” y bajo indicación médica, afirmando que “no hay ninguna desventaja en no tomarlo” durante la gestación.
Para justificar su posición, Trump mencionó un supuesto rumor sobre la falta de Tylenol en Cuba y su relación con tasas bajas de autismo, lo que generó más controversia. Sin embargo, Steven J. Fleischman, presidente del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, emitió un comunicado resaltando que el paracetamol es seguro y que las enfermedades tratadas con este fármaco son mucho más peligrosas para la salud de las embarazadas.
El epidemiólogo Eric Ding también refutó las afirmaciones de Trump, citando un estudio sueco que analizó a 2.4 millones de niños y concluyó que el uso de paracetamol durante el embarazo no incrementa el riesgo de autismo. Aunque un análisis inicial mostró un riesgo del 5%, este se redujo a cero al comparar hermanos expuestos y no expuestos, sugiriendo que los factores familiares son determinantes en la asociación observada.
Por otro lado, la Escuela de Medicina de Icahn del Mount Sinai publicó un estudio que indica que la exposición prenatal al paracetamol puede estar relacionada con trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
En respuesta a las declaraciones de Trump, la empresa Kenvue, fabricante de Tylenol, expresó su desacuerdo, indicando que “discrepamos rotundamente de cualquier sugerencia contraria a la ciencia independiente”, según su portavoz, Melissa Witt. Witt también expresó preocupación por los riesgos que las declaraciones del presidente podrían acarrear para la salud de las futuras madres.
El Tylenol, que ha sido utilizado ampliamente desde su lanzamiento en 1955 como una alternativa más segura a la aspirina, genera ventas anuales que alcanzan cifras millonarias, siendo uno de los analgésicos más consumidos en el país.