El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha planteado la posibilidad de reubicar los partidos de la Copa Mundial de Fútbol 2026 si su administración determina que alguna de las ciudades anfitrionas presenta riesgos de seguridad. Esta declaración fue realizada en el contexto de un cuestionamiento sobre las sedes que han manifestado oposición a sus políticas migratorias y de seguridad.
Las ciudades mencionadas por Trump incluyen Los Ángeles, Seattle y San Francisco, todas consideradas bastiones del partido demócrata. Estas urbes forman parte de las 11 sedes designadas en Estados Unidos para el evento deportivo.
La Copa Mundial de 2026 se llevará a cabo de manera conjunta entre Estados Unidos, México y Canadá, y contará con la participación de 48 selecciones nacionales.
Las advertencias del mandatario reflejan su enfoque en la seguridad y el control del crimen en las ciudades, un tema recurrente en su administración. La respuesta de los alcaldes y gobernadores de estas ciudades ante las declaraciones de Trump aún está por verse, pero la incertidumbre sobre la ubicación de los partidos podría generar tensiones adicionales en un evento que representa una oportunidad significativa para la promoción internacional y el turismo.
La situación se complica aún más debido a las políticas migratorias que han generado resistencia en varias de estas localidades. Las ciudades anfitrionas están bajo un escrutinio adicional, y cualquier decisión sobre cambios en las sedes podría tener un impacto profundo no solo en el evento, sino también en la percepción de la administración de Trump a nivel nacional e internacional.
