Elegir alimentos saludables en el supermercado puede resultar una tarea complicada para muchos consumidores. La mezcla de etiquetados engañosos, estrategias de marketing y la falta de conocimientos nutricionales a menudo llevan a la compra de productos que, a primera vista, parecen beneficiosos para la salud, pero que en realidad pueden contribuir a problemas como el sobrepeso y la obesidad.
Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), se advierte sobre ciertos productos que ostentan etiquetas como “0% azúcares añadidos”. Es fundamental recordar que un producto puede contener azúcares de forma natural, lo que no significa que esté libre de azúcares. Por lo tanto, hay que prestar atención al listado de ingredientes, asegurándose de que el azúcar o sus sinónimos, como glucosa o sacarosa, no ocupen los primeros lugares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el consumo de azúcares debería representar menos del 5% de la ingesta calórica total diaria. Esto es especialmente relevante al elegir productos como cereales o pan, los cuales deben ser integrales y tener un bajo o nulo contenido de azúcares simples.
Un alimento comúnmente considerado saludable es el yogur. Si bien es cierto que aporta beneficios como la reducción del riesgo de diabetes y ciertos tipos de cáncer, no todos los yogures son iguales. Es importante seleccionar aquellos que no contengan azúcares añadidos y que sean bajos en grasas saturadas.
Las tortitas de cereales son otra opción que muchos eligen como un snack ligero. Sin embargo, su calidad nutricional depende de los cereales utilizados en su elaboración. Las tortitas recubiertas con yogur azucarado y chocolate suelen tener un contenido calórico y de azúcares mucho más alto de lo que parece. “Es mejor optar por aquellas que sean integrales”, recomienda Marta Riestra, especialista en endocrinología y nutrición.
Las hamburguesas vegetarianas se han vuelto populares, especialmente entre quienes siguen una dieta plant-based. Sin embargo, estas alternativas a menudo contienen altos niveles de almidones, azúcares y grasas saturadas. Para garantizar una opción más saludable, se sugiere preparar hamburguesas en casa utilizando legumbres y verduras, asegurándose de un mayor contenido proteico.
El azúcar moreno es visto frecuentemente como una alternativa más saludable al azúcar blanco, aunque en esencia ambos son productos de sacarosa. “El azúcar moreno contiene un porcentaje de melaza que aporta cantidades mínimas de vitaminas y minerales, por lo que sustituir el azúcar blanco por moreno no necesariamente significa consumir menos sacarosa”, enfatiza Katherine García Malpartida, también especialista en nutrición.
Las bebidas vegetales, como las de avena y arroz, han ganado popularidad, pero su etiquetado puede ser engañoso. Aunque suelen tener menos grasas saturadas, algunas pueden incluir un exceso de azúcares y un menor aporte de proteínas y nutrientes esenciales. Es recomendable revisar la composición nutricional de cada marca antes de decidirse por una opción.
La kombucha, una bebida fermentada que se promociona como una alternativa saludable a los refrescos, también merece atención. Si bien se le atribuyen múltiples beneficios, carece de respaldo científico sólido y contiene alcohol, lo que la hace no apta para niños y mujeres embarazadas.
Finalmente, la crema de cacahuate es otro producto que, aunque rico en nutrientes como el triptófano y la arginina, puede ser muy calórica. Es crucial verificar que la crema seleccionada no contenga azúcares añadidos o grasas saturadas, para poder disfrutar de sus beneficios sin comprometer la salud.
En resumen, informarse adecuadamente sobre los productos que se eligen para la alimentación diaria es esencial. La salud no solo depende de la elección de un producto que se presenta como “saludable”, sino de un análisis crítico de sus ingredientes y su impacto real en la dieta. Adoptar un enfoque consciente en la compra puede marcar la diferencia en la salud a largo plazo.
