La industria farmacéutica europea enfrenta un grave desafío tras la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, que podrían poner en riesgo tanto la salud de los pacientes como el desarrollo de nuevos medicamentos. Este anuncio ocurrió en el marco de una Declaración Conjunta emitida por el Gobierno de EE.UU. y la Unión Europea el 27 de julio de 2023, donde ambos actores se comprometieron a establecer un comercio transatlántico “justo, equilibrado y mutuamente beneficioso”. Sin embargo, la realidad es que la presión sobre la industria farmacéutica es cada vez más intensa.
Consecuencias de los aranceles
La Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) y Farmaindustria han advertido que la imposición de un arancel del 15% sobre las exportaciones farmacéuticas afectará gravemente a los sistemas de salud y a los pacientes en Europa y Estados Unidos. Según estimaciones iniciales, el costo de estos aranceles podría ascender a unos 18,000 millones de euros, una carga que las compañías farmacéuticas no podrán trasladar a los precios finales de los medicamentos.
Esta situación representa un obstáculo significativo para la investigación y el desarrollo (I+D) de nuevos tratamientos. Las organizaciones del sector recalcan que los aranceles amenazan las cadenas de suministro globales y limitan el acceso a innovaciones que salvan vidas. “Cualquier pequeño porcentaje de arancel perjudicará la atención al paciente y al sector farmacéutico en la UE y EE.UU.”, señala el director general de Farmaindustria, Juan Yermo.
Un compromiso en peligro
Además, este nuevo marco comercial rompe un compromiso de 30 años que había garantizado la protección de los pacientes mediante la eliminación de aranceles sobre medicamentos innovadores y sus insumos. La situación se complica aún más con la revisión de la legislación farmacéutica europea, que debería fortalecer la protección de la propiedad industrial y fomentar la innovación, pero que actualmente no está logrando esos objetivos.
“Nos encontramos en un contexto muy lejano a ser un estímulo para un sector que se ha catalogado como estratégico. La dependencia de Europa en este ámbito se vuelve cada vez más preocupante”, agrega Yermo. En este sentido, la futura Ley Europea de Biotecnología (EU Biotech Act) se presenta como una oportunidad crucial para contrarrestar las ventajas competitivas de EE.UU. y mitigar las políticas de la administración de Donald Trump.
La industria farmacéutica europea, por tanto, se encuentra en una encrucijada donde su recuperación y competitividad están en juego, y los impactos de estas decisiones se sentirán en el acceso a tratamientos y en la salud de millones de personas.