Concha Herrera, directora de Terapias Avanzadas del hospital Reina Sofía de Córdoba, ha enfatizado que el uso de células CAR-T podría aumentar las tasas de curación de ciertos tipos de cáncer hasta un 60%. Esta innovadora terapia, que recibe autorización por parte del Ministerio de Sanidad desde hace tres años, se aplica en el tratamiento de enfermedades sanguíneas graves como el linfoma B de células grandes, el linfoma de células del manto, el mieloma múltiple y la leucemia linfoblástica aguda, abarcando tanto a pacientes adultos como a menores de 18 años.
Desde 2022, la utilización de estas terapias se ha expandido a varios centros en España, incluyendo el hospital Regional de Málaga y el hospital Virgen de Rocío en Sevilla. En total, 31 centros están autorizados para ofrecer estas innovadoras terapias, lo que ha permitido al hospital Reina Sofía dejar de derivar pacientes a Sevilla, beneficiando así a la comunidad local.
Las células CAR-T son una opción terapéutica para aquellos pacientes que no responden a tratamientos convencionales como la quimioterapia o el trasplante de progenitores hematopoyéticos. Según Herrera, la supervivencia de estos pacientes sin tratamiento se sitúa alrededor del 10%, pero la incorporación de CAR-T mejora significativamente este pronóstico, alcanzando tasas de remisión de enfermedad de hasta el 90%.
La doctora, quien también coordina el Plan de Terapias Avanzadas 2024-2027 de la sanidad pública en Andalucía, explica que las células CAR-T son células del propio paciente que se modifican genéticamente para atacar células malignas. Este proceso implica el envío de las células a una empresa farmacéutica especializada en el extranjero, donde se les incorpora un receptor que les permite identificar y destruir las células cancerosas.
Recientemente, la Diputación de Córdoba ha destinado 400.000 euros para establecer una Unidad Específica de Ensayos Clínicos de Terapias Avanzadas, en colaboración con la Fundación para la Investigación Biomédica de Córdoba (Fibico). Esto es un paso significativo hacia el fortalecimiento de estas terapias en la región, aunque se requerirá más financiación y recursos para su desarrollo completo.
La demanda de tratamientos avanzados ha aumentado notablemente, llevando a la unidad a participar en varios ensayos clínicos que involucran no solo hematología, sino también otras especialidades médicas como reumatología y neurología. Esto refleja la creciente versatilidad de las terapias CAR-T que, si bien inicialmente se utilizan para cánceres hematológicos, están siendo exploradas para otras condiciones, como esclerosis múltiple y fibrosis.
El hospital Reina Sofía, junto con Imibic, planea en el futuro desarrollar su propia producción de células CAR-T, lo que podría reducir costos y aumentar la rapidez en el tratamiento de los pacientes. Actualmente, la unidad de Terapia Celular del hospital ha tratado a más de 20 pacientes con estas terapias desde principios de este año, superando los números del año anterior.
Concha Herrera destaca que el crecimiento en el número de pacientes atendidos y el aumento de ensayos clínicos subrayan la necesidad de una expansión de la unidad para asegurar que los pacientes reciban la atención adecuada en un entorno multidisciplinario.































































