Un nuevo estudio clínico ha revelado una combinación prometedora de fármacos en la lucha contra el cáncer de próstata metastásico resistente a la castración. La investigación, publicada en The Lancet Oncology, muestra que la combinación de cabozantinib y atezolizumab reduce en un 35% el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte en pacientes con esta condición. Este avance podría abrir nuevas puertas en las opciones de tratamiento para aquellos que han agotado otras alternativas terapéuticas.
El ensayo, que se encuentra en fase 3, incluyó a 507 pacientes con cáncer de próstata avanzado que habían progresado a la terapia hormonal con inhibidores del receptor de andrógenos (ARPI). Los participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir ya sea la combinación experimental de cabozantinib y atezolizumab, o un segundo ARPI. Tras un seguimiento promedio de 11.8 meses, se observó que la supervivencia libre de progresión fue de 6.3 meses en aquellos tratados con la nueva combinación, comparado con 4.2 meses en el grupo que recibió el segundo ARPI.
El oncólogo médico Joan Carles, del Hospital Universitario Vall d’Hebron y co-líder del Grupo de Investigación en Cáncer de Próstata del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), destacó la importancia de estos resultados. “El cáncer de próstata metastásico resistente a la castración que ha progresado a un tratamiento con un inhibidor del receptor de andrógenos se asocia a malos resultados y una supervivencia global inferior a los dos años”, indicó Carles. “Por lo tanto, existe una necesidad insatisfecha de nuevos tratamientos seguros y eficaces para estos pacientes”.
Entre los datos más relevantes del estudio, se subraya que la mediana de la supervivencia global mostró un incremento de aproximadamente cinco meses en pacientes con metástasis hepáticas. Aunque no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la supervivencia global entre los dos grupos de tratamiento, la mejora en la supervivencia libre de progresión es un indicativo alentador.
El doctor Carles también mencionó que el ensayo de fase 3 incluyó un porcentaje notable de pacientes con metástasis viscerales, particularmente hepáticas, señalando que “hasta donde sabemos, este ha sido el mayor porcentaje de pacientes con metástasis viscerales de cualquier ensayo contemporáneo”. Este hito resalta la relevancia del estudio y su potencial impacto en el tratamiento del cáncer de próstata metastásico.
La combinación de cabozantinib, un inhibidor de la tirosina quinasa con propiedades inmunomoduladoras, y atezolizumab, un inhibidor de PD-L1, representa un paso significativo hacia la diversificación de las opciones terapéuticas disponibles. Actualmente, la quimioterapia y un segundo ARPI son las alternativas más comúnmente utilizadas, especialmente en Estados Unidos, pero estas opciones son limitadas y no siempre efectivas para todos los pacientes.
La escasez de tratamientos diferenciados y ampliamente disponibles más allá de la quimioterapia hace que estos nuevos hallazgos sean especialmente importantes. La comunidad médica se encuentra a la espera de más resultados que puedan validar y extender el uso de esta combinación de fármacos. La necesidad de innovaciones en el tratamiento del cáncer de próstata metastásico resistente a la castración es cada vez más urgente, y los resultados de este estudio podrían representar un cambio significativo en la forma en que se aborda esta enfermedad compleja.