El consumo de pescado puede ser una excelente fuente de nutrientes, pero hay que tener cuidado con la presencia de mercurio en algunas especies. Según nutricionistas, se recomienda consumir entre tres y cuatro raciones de pescado a la semana debido a sus múltiples beneficios, incluyendo grasas saludables como el omega 3, que son esenciales para el cerebro y el sistema circulatorio. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta sobre los riesgos asociados con el mercurio, un metal pesado que contamina ciertos tipos de pescado.
Los riesgos del mercurio en el pescado
El mercurio se encuentra en el océano y se acumula en los organismos marinos a través de la cadena alimentaria. Este proceso significa que algunos pescados contienen niveles peligrosos de metilmercurio, que puede causar graves problemas de salud, principalmente en grupos vulnerables como niños y mujeres embarazadas. Según la OMS, la exposición a este contaminante puede afectar el desarrollo neurológico, comprometiendo habilidades cognitivas y motoras en los más pequeños.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda que los niños de 1 a 9 años y las mujeres embarazadas limiten su consumo de pescado a especies bajas en metilmercurio, como el salmón o la sardina. Por su parte, sugiere evitar cuatro especies identificadas con alto contenido de este metal, como el atún, el pez espada, el tiburón y la caballa.
Recomendaciones para el consumo seguro de pescado
Para la población general, la AESAN aconseja un consumo máximo de una porción de pescado contaminado por semana. Para los niños y adolescentes entre 10 y 14 años, el límite se establece en aproximadamente 120 gramos al mes. Es fundamental tener en cuenta que, aunque el pescado es una fuente de nutrientes valiosos, la seguridad alimentaria debe ser prioridad para evitar riesgos de salud a largo plazo.
La evidencia sugiere que el consumo habitual de pescado durante el embarazo puede ofrecer beneficios significativos en el desarrollo neurocognitivo de los niños. Al elegir sabiamente las especies y las cantidades, se puede disfrutar de todos los beneficios de este alimento sin comprometer la salud.
En resumen, la moderación y la información son claves a la hora de consumir pescado. Conociendo los riesgos y las recomendaciones adecuadas, podemos disfrutar de una dieta saludable y segura.