Un alarmante 38% de los niños de entre 9 y 12 años que padecen sobrepeso u obesidad experimentan dolores en las piernas y pies, según un estudio clínico realizado por universidades de Málaga, Sevilla, Valencia y la Europea de Madrid, en colaboración con el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y el Centro de Atención Primaria Arroyo de la Miel. Este fenómeno refleja un riesgo significativo para la salud de los menores, que no solo sufren físicamente, sino que también enfrentan dificultades en su calidad de vida.
De acuerdo con el estudio, 27.3% de los niños con exceso de peso ha sentido dolor en al menos una zona de las extremidades inferiores, mientras que un 10.7% lo ha padecido exclusivamente en los pies. La especialista en podología infantil, Elena García, señala que la obesidad actúa como un factor de riesgo que incrementa la incidencia de dolor musculoesquelético en múltiples áreas del cuerpo, un problema que puede limitar la participación en actividades físicas.
Impacto del sobrepeso en la salud infantil
La realidad es que el sobrepeso infantil no solo afecta la estructura y funcionalidad del pie, sino que también influye negativamente en la calidad de vida de los menores. García explica que un peso excesivo altera la fisionomía del pie, aplanándolo y reduciendo su funcionalidad. Esto se debe a que los ligamentos y articulaciones soportan una carga excesiva, debilitándose y dificultando el desempeño adecuado de los pies.
Como resultado, los niños pueden experimentar fatiga, molestias y dificultades para caminar, lo que a menudo conduce a una aversión hacia el ejercicio y a la adopción de un estilo de vida sedentario. “La falta de funcionalidad del pie no solo limita la movilidad, sino que también afecta la autoestima de los niños, quienes pueden sentirse menos competentes en actividades deportivas”, añade la experta.
Prevención a través de hábitos saludables
El COPOAN, en un estudio de colaboración con la Universidad de Potsdam y la Universidad de Ciencias Aplicadas, Salud y Fisioterapia de Berna, promueve la adopción de hábitos saludables como una dieta equilibrada y actividad física regular. La elección de un calzado adecuado es fundamental para prevenir molestias. Se recomienda usar zapatos con una horma amplia, sujeción adecuada y espacio suficiente en la puntera para el correcto desarrollo de la musculatura interna del pie.
Además, la suela debe ser fina y flexible, lo que permite al sistema nervioso, en pleno desarrollo, potenciar la funcionalidad del pie. En el caso del calzado deportivo, cada disciplina tiene sus propias necesidades, y es fundamental elegir el más adecuado para evitar lesiones.
Por otro lado, llevar a cabo un estudio de la pisada en edades tempranas puede ser crucial para identificar problemas estructurales en las extremidades inferiores y prevenir complicaciones futuras. García concluye que la detección temprana de problemas, junto con medidas adecuadas, permite que los niños disfruten de una vida activa y sin limitaciones. Cuidar los pies desde la infancia puede marcar una diferencia significativa en el bienestar físico general, asegurando un desarrollo óptimo y previniendo problemas musculoesqueléticos en el futuro.