Un estudio global publicado en la revista The Lancet revela que el 42% de las muertes por cáncer en 2023 están vinculadas a factores de riesgo que se pueden prevenir. Este análisis, realizado por el grupo Global Burden of Disease Study Cancer Collaborators y liderado por la doctora Lisa Force del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, abarcó datos de 204 países y territorios.
Según el informe, el cáncer causó aproximadamente 10.4 millones de muertes y 18.5 millones de nuevos casos en el año mencionado, cifras que han crecido un 74% y un 105% respectivamente desde 1990. La investigación destaca que millones de muertes prematuras podrían evitarse si se redujera la exposición a estos factores de riesgo, que incluyen el consumo de tabaco, una dieta poco saludable y niveles elevados de azúcar en sangre.
El coautor del estudio, el doctor Theo Vos, enfatiza que “con cuatro de cada diez muertes por cáncer vinculadas a factores de riesgo establecidos, como el tabaco y la mala alimentación, hay enormes oportunidades para que los países actúen sobre estos riesgos, al prevenir casos de cáncer y salvar vidas”.
Implicaciones para la salud pública
El cáncer se ha convertido en la segunda causa de muerte a nivel mundial, y su carga sigue aumentando, lo cual ejerce presión sobre los sistemas de salud. A pesar de los avances en tratamientos y prevención, muchos países carecen de datos actualizados y políticas efectivas para abordar esta enfermedad. El estudio se propuso estimar la carga global, regional y nacional del cáncer entre 1990 y 2023, y proyectar su evolución hasta 2050.
El contexto de esta investigación está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que buscan reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, como el cáncer, para el año 2030. Sin embargo, los investigadores advierten que el ritmo actual de reducción es insuficiente para lograr este objetivo.
Hallazgos en América Latina
El estudio también incluyó datos de América Latina, donde se ha observado un aumento en la incidencia y mortalidad por cáncer en las últimas décadas. A diferencia de los países ricos, donde la mortalidad por cáncer ha disminuido, en América Latina y otras regiones de ingresos bajos y medios, las tasas siguen en ascenso. La falta de acceso a servicios de diagnóstico temprano y tratamiento de calidad agrava esta situación.
Los autores subrayan que la escasez de registros de cáncer y datos de calidad en varios países latinoamericanos dificulta la creación de políticas efectivas. Se hace un llamado a fortalecer los sistemas de vigilancia y a invertir en prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno para reducir la carga del cáncer en la región.
Los investigadores concluyen que, si no se intensifican las acciones de prevención y control, se proyecta que para 2050 los nuevos casos de cáncer aumentarán un 61% y las muertes un 75%. La situación es especialmente grave en los países de ingresos bajos y medios, donde se concentrarán más de la mitad de los nuevos casos y dos tercios de las muertes.
El equipo de investigación urge a los gobiernos y organismos internacionales a priorizar la prevención del cáncer en sus políticas de salud, advirtiendo que “el aumento del cáncer en estos países es un desastre inminente”. Mejorar los resultados en la lucha contra el cáncer a nivel global requiere reducir las desigualdades en el acceso a servicios de salud y asegurar que todas las personas reciban la atención necesaria.