El lunes 8 de septiembre de 2025, miles de escolares en Castilla-La Mancha regresan a las aulas, pero la carencia de enfermeras escolares se mantiene como un tema pendiente que demanda atención urgente. En toda España, hay tan solo 1,270 enfermeras escolares para más de 6,300 alumnos, lo que refleja una grave falta de recursos en este sector esencial para la salud y el bienestar infantil.
Una figura esencial en las escuelas
El Consejo General de Enfermería (CGE) hace un llamado a los gobiernos autonómicos para que prioricen la inclusión de enfermeras escolares en los centros educativos, una figura fundamental para garantizar el cuidado de los estudiantes y fomentar hábitos saludables desde la infancia. De acuerdo con un estudio de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, cerca del 19% de la población menor de 14 años en España vive con alguna enfermedad crónica, lo que equivale a más de 1.3 millones de niños. Esta realidad no solo afecta la salud, sino que también impacta el entorno educativo y las dinámicas familiares.
“Los niños pasan muchísimas horas en las escuelas y es vital que estén seguros durante ese tiempo. La enfermera escolar es clave para salvaguardar su salud, especialmente en casos de condiciones como el asma, diabetes o epilepsia”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE. “Dudo que haya un padre o madre que esté en contra de que sus hijos reciban la mejor atención mientras están en clase”.
El impacto de la falta de enfermeras
A pesar de que existen programas de salud escolar en algunas comunidades, la realidad es que la media europea es de una enfermera escolar por cada 750 alumnos. Esta diferencia pone de manifiesto la necesidad de invertir en la salud escolar en España. “No cabe duda de que la situación actual es preocupante y requiere una respuesta inmediata”, destaca Pérez Raya.
Natividad López, presidenta de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE), subraya que la enfermera escolar no solo atiende emergencias, sino que también lleva a cabo un seguimiento constante de la salud de los estudiantes, lo que puede reducir el absentismo escolar. “Actúa como un puente entre la salud y la educación, garantizando inclusión y continuidad en el aprendizaje”, enfatiza.
Por su parte, Engracia Soler, presidenta de la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (ACEESE), resalta que la enfermera escolar asegura el derecho a la educación de todos los niños. “Es crucial desarrollar políticas inclusivas que eliminen las barreras físicas y sociales que perpetúan la exclusión de los menores”, señala Soler.
Propuestas para un cambio necesario
Ante esta situación, el CGE y las asociaciones de enfermería demandan a los responsables políticos que se regule esta figura y se garantice al menos una enfermera escolar a tiempo completo por centro educativo. También proponen establecer un diploma de acreditación específico para asegurar la formación adecuada y definir claramente el perfil profesional de estas trabajadoras.
“El papel de la enfermera escolar trasciende el simple hecho de atender emergencias. Su labor incluye promoción de la salud, prevención, salud mental y emocional, así como el apoyo a la comunidad educativa”, concluye Natividad López. La inclusión de enfermeras escolares es un paso imprescindible para asegurar un entorno seguro y saludable para todos los estudiantes en España.