El sindrome del intestino irritable (SII) es un trastorno que afecta aproximadamente al 8% de la población en España, siendo una de las principales razones por las que las personas consultan a médicos especialistas en el aparato digestivo. Se ha observado que los trastornos relacionados con el eje intestino-cerebro representan hasta la mitad de las citas en estos servicios.
Los síntomas del SII pueden incluir dolor abdominal, diarrea y estreñimiento. Sin embargo, la distensión abdominal y la sensación de hinchazón son lo que más incomoda a los pacientes, siendo estos los signos más frecuentemente detectados por los médicos en la práctica clínica.
Una de las características distintivas del intestino irritable es la ausencia de pruebas diagnósticas específicas. Esto significa que, a menudo, todos los exámenes médicos resultan normales, lo que puede causar frustración y ansiedad en los pacientes que sienten que su malestar no tiene explicación. Según el Dr. Jordi Serra, colaborador de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), esta angustia puede ser tan grave que afecta la calidad de vida del paciente.
A pesar de que no existe una prueba que confirme el diagnóstico, los especialistas pueden identificar el SII con bastante precisión, ya que los síntomas son lo suficientemente característicos. El primer paso en el tratamiento es informar al paciente sobre la naturaleza de su condición. “El SII es un trastorno molesto, pero no grave”, aclara el Dr. Serra. “Es fundamental que comprendan que no aumenta el riesgo de cáncer ni de otras enfermedades serias”.
El tratamiento del SII se centra en la educación del paciente. El Dr. Serra explica que es crucial que los pacientes entiendan que tienen un intestino “sano” pero muy sensible, que puede influir en su vida cotidiana. Además, el SII se presenta en brotes, lo que significa que hay momentos en que los síntomas son más intensos y otros en que disminuyen.
Para manejar la distensión abdominal, se pueden enseñar ejercicios específicos que ayudan a relajar el diafragma, lo que contribuye a mejorar la sensación de hinchazón. Dado que hay una conexión entre el estrés y los síntomas del SII, técnicas como la terapia cognitivo-conductual, la relajación, el mindfulness y el yoga pueden ser beneficiosas.
En cuanto a la alimentación, se ha sugerido que las dietas bajas en FODMAP pueden ser útiles, ya que reducen los alimentos que fermentan y producen gases. Sin embargo, el Dr. Serra enfatiza que no hay una dieta única que cause los síntomas por sí sola. El tratamiento también puede incluir medicamentos como antiespasmódicos para aliviar el dolor, así como otros fármacos que actúan sobre el intestino a dosis más bajas, similares a los antidepresivos.
































































