Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Columbia ha puesto de manifiesto una inquietante realidad en el fútbol amateur: los cabezazos repetitivos pueden causar daños cerebrales significativos. Este análisis, el más extenso en este ámbito, demuestra que incluso los jugadores que nunca han sufrido una conmoción diagnosticada son susceptibles a alteraciones cerebrales.
Dirigido por el neurocientífico Michael Lipton, el estudio revela que los impactos repetidos con el balón afectan negativamente la memoria y el aprendizaje. Se llevó a cabo con la participación de 352 futbolistas amateurs que participan en ligas locales en Nueva York. Aquellos que realizaban más de mil cabezazos al año mostraron un deterioro notable en una parte importante del cerebro llamada corteza orbitofrontal.
Los resultados de las pruebas de memoria y aprendizaje fueron significativamente más bajos en comparación con aquellos que no utilizaban la cabeza con frecuencia. Esto sugiere que los cabezazos generan lesiones en áreas críticas del cerebro, afectando las funciones cognitivas.
El estudio, publicado en la revista JAMA Network Open, utilizó tecnología avanzada de resonancia magnética de difusión para examinar la conexión entre la materia gris y la materia blanca en el cerebro. Según la investigadora Joan Song, en cerebros saludables esta transición es clara, pero en los futbolistas con alta exposición a cabezazos, se observó una difuminación que se ha identificado como un biomarcador de microlesiones.
Los investigadores sospechan que este patrón podría ser el resultado de un mecanismo de “contrecoup”, un tipo de hematoma cerebral que ocurre en el lado opuesto al impacto. Este hallazgo podría explicar los resultados contradictorios en estudios previos sobre el tema.
Los expertos advierten que las áreas afectadas en el cerebro son similares a las que se dañan en la encefalopatía traumática crónica, una enfermedad neurodegenerativa común en atletas que sufren repetidos traumatismos craneales. Aunque los futbolistas amateurs están menos expuestos a estos riesgos en comparación con los profesionales, la investigación sugiere que el daño cerebral puede ser un problema subyacente.
A pesar de que se necesitan más estudios, el laboratorio de la Universidad de Columbia se encuentra explorando nuevas líneas de investigación para determinar si factores como la actividad cardiovascular pueden mitigar el impacto de los golpes en la cabeza. Este trabajo abre la posibilidad de desarrollar estrategias de prevención en un deporte que cuenta con millones de aficionados a nivel mundial.