El campo de la longevidad ha sido tradicionalmente dominado por voces masculinas, sin embargo, un nuevo grupo de expertos ha surgido con recomendaciones específicas dirigidas a las mujeres. Conocido como “menoposse”, este subgrupo se enfoca en cómo las mujeres pueden mantenerse saludables durante más tiempo, especialmente tras la menopausia.
Las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, especialmente en lo que respecta a las hormonas, han dado lugar a un enfoque único hacia la salud femenina. Andrea LaCroix, profesora en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en San Diego, menciona que aunque existen algunas variaciones, los comportamientos de salud que predicen la longevidad son en gran medida similares para ambos géneros.
En cuanto al ejercicio, los especialistas sugieren que tanto hombres como mujeres deben realizar entrenamiento de fuerza. Jen Gunter, ginecobstetra y autora de “The Menopause Manifesto”, destaca que, a pesar de la creciente aceptación del levantamiento de pesas entre mujeres, aún persiste una brecha de género en este ámbito. Se estima que la pérdida muscular comienza alrededor de los 30 años, y las mujeres posmenopáusicas enfrentan un mayor riesgo de osteoporosis, lo que hace que el entrenamiento de fuerza sea crucial.
No obstante, no se debe desestimar el ejercicio aeróbico. Las pautas de actividad física sugieren al menos 150 minutos de actividad cardiovascular moderada a la semana, complementados con dos días de entrenamiento de fuerza.
En relación con la alimentación, se ha encontrado que las mujeres, especialmente en la madurez, deben asegurarse de consumir suficientes proteínas. Según Stuart Phillips, profesor de kinesiología, la recomendación estándar de 0,8 gramos por kilo de peso corporal es insuficiente, y sugiere un objetivo de 1,2 gramos. Además, adoptar una dieta mediterránea puede ser beneficioso para reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con la edad.
El consumo de alcohol también presenta diferencias; las mujeres deben limitarse a una bebida al día, en comparación con dos para los hombres, debido a la mayor sensibilidad de su organismo a los efectos nocivos del alcohol.
En lo que respecta al sueño, aunque no hay evidencia que sugiera que las mujeres necesiten más horas de descanso que los hombres, sí se ha observado que enfrentan más problemas para dormir, particularmente durante la perimenopausia. Shelby Harris, experta en medicina del sueño, señala que factores como los sudores nocturnos pueden interferir con un sueño reparador.
La terapia hormonal puede ser una opción para aliviar síntomas de la menopausia y reducir el riesgo de osteoporosis. Sin embargo, la efectividad de esta terapia en la prevención de enfermedades como las cardiopatías y la demencia es un tema de debate entre los expertos.
En conclusión, la clave para una buena salud, independientemente del género, radica en hábitos básicos de vida. Como afirma Gunter, es fundamental asegurarse de tener una ingesta adecuada de proteínas, mantenerse activo y dormir bien, ya que estos hábitos son esenciales para la longevidad.
