El 28º Congreso de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap), que se está llevando a cabo en el Hotel Melia Castilla de Madrid, ha reunido a cerca de 400 farmacéuticos de atención primaria de todo el país. Durante el evento, se ha reclamado la integración “real y homogénea” de los farmacéuticos de atención primaria en los equipos de salud de todas las comunidades autónomas.
Una de las comunidades que ha destacado en esta integración es Galicia, donde desde 1998 se han incorporado farmacéuticos de atención primaria a los centros de salud, formando parte del equipo multidisciplinario. Beatriz Riveiro Barciela, farmacéutica de atención primaria en el Servizo Galego de Saúde, explicó que actualmente hay 100 farmacéuticos de este tipo en la región, lo que representa una ratio de un FAP por cada 25,000 tarjetas sanitarias.
Riveiro Barciela subrayó que esta integración no solo mejora la calidad de las prescripciones, sino que también aporta mayor seguridad y eficacia en los tratamientos. Los farmacéuticos de atención primaria en Galicia tienen consultas propias y los pacientes pueden solicitar citas directamente con ellos, lo que facilita la atención.
La farmacéutica también destacó su rol en la coordinación asistencial, trabajando junto con hospitales y farmacias comunitarias. La cercanía de los farmacéuticos al paciente les permite resolver dudas sobre tratamientos farmacológicos, reacciones adversas y problemas de adherencia, lo que a su vez reduce costes evitables y aumenta la satisfacción de los pacientes y profesionales de la salud.
A pesar de los avances, Riveiro Barciela mencionó que es necesario seguir trabajando para visibilizar la figura del farmacéutico de atención primaria entre los pacientes y mejorar la comunicación con los farmacéuticos comunitarios y hospitalarios. Afirmó que el objetivo debe ser la generalización de este modelo en todas las comunidades autónomas, con la aspiración de contar con al menos un FAP en cada servicio de atención primaria.
La farmacéutica concluyó que la voluntad y la planificación son esenciales para garantizar una atención farmacéutica equitativa en el sistema de salud español y mejorar la calidad de vida de los pacientes, especialmente en un país con una población envejecida y con un alto número de pacientes crónicos y polimedicados.