La reciente decisión del estado de Florida de eliminar los mandatos de vacunación para menores de edad ha encendido alarmas en todo el mundo, ya que se suma a un creciente descontento hacia la inmunización. Este panorama se asemeja a lo que se ha observado en países como Argentina y Eslovaquia, donde la reticencia a vacunarse podría resultar en un descenso de la protección sanitaria con efectos inciertos.
Consecuencias de la desconfianza vacunal
El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Jaime Pérez, advierte que en regiones donde la población no alcance niveles óptimos de vacunación, las repercusiones pueden ser graves, incluyendo la reaparición de enfermedades que se creían erradicadas. Aunque la Legislatura de Florida aún debe aprobar la eliminación de requisitos de vacunación contra enfermedades como la difteria, el tétanos y el sarampión, el gobierno estatal ya tiene la facultad de suprimir la obligatoriedad de otras como la varicela y la hepatitis B.
“La realidad va a dar una bofetada a aquellos sitios donde se están tomando estas medidas”, afirma Pérez, quien subraya la necesidad de volver a la lógica y a la ciencia en la discusión sobre vacunación.
Impacto de la desinformación
La especialista en Vacunas y Epidemias de Médicos Sin Fronteras, Patricia Postigo, señala que los efectos adversos de las vacunas contra el Covid-19, junto con la desinformación, han erosionado la confianza de la población en la inmunización. Este fenómeno se ha extendido a otras vacunas, lo que refleja una crisis de confianza generalizada.
“Lo importante es la educación poblacional”, destaca Postigo, al señalar que una población informada tiende a vacunarse de manera voluntaria. Sin embargo, ya se están viendo excepciones incluso en situaciones de vacunación obligatoria, debido a razones médicas o creencias personales.
En 2024, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, 13 países europeos tienen al menos una vacuna pediátrica obligatoria, mientras que 17, incluyendo España, optan por recomendaciones en lugar de la obligatoriedad.
Si Florida continúa con esta política, se convertiría en la primera entidad en eliminar los mandatos de vacunación, un camino respaldado por Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus teorías conspirativas sobre las vacunas. A pesar de esto, el expresidente Donald Trump ha cuestionado la decisión, afirmando que “hay vacunas que funcionan” y que deberían aplicarse.
En el ámbito internacional, la obligatoriedad de las vacunas presenta un panorama desigual. Gobiernos de derecha, como el de Javier Milei en Argentina, han comenzado a cuestionar el papel del Estado en la cobertura de vacunas, priorizando el gasto público. Por su parte, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro condujo una campaña de desinformación que disminuyó drásticamente la tasa de vacunación contra enfermedades como la hepatitis B y el tétanos.
“La vacunación se está convirtiendo en un arma política”, advierte Postigo, quien resalta que las consecuencias de esta tendencia pueden no ser inmediatas, pero eventualmente repercutirán en la salud pública, especialmente en comunidades vulnerables.
