Este domingo, Córdoba da la bienvenida al horario de invierno, a pesar de las temperaturas cálidas de los últimos días. A las 3 de la madrugada, el reloj se retrasó a las 2. En 2019, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que busca eliminar los cambios de hora bianuales, considerando que el ahorro energético que se pretendía lograr ya no tiene relevancia en la actualidad.
En España, el Boletín Oficial del Estado (BOE) anunció hace más de un año que el cambio de hora se mantendrá al menos hasta 2026, sin aclarar el futuro de esta medida. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó recientemente su intención de reabrir el debate a nivel europeo, argumentando que el cambio horario tiene poco impacto en el ahorro energético y puede ser perjudicial para la salud de los ciudadanos, afectando especialmente a niños y ancianos.
A nivel europeo, los comisarios de Transportes y Energía, Apostolos Tzitzikostas y Dan Jorgensen, respectivamente, apoyaron la propuesta de Sánchez. Además, Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, mencionó que es el momento adecuado para discutir la eliminación de estos cambios de horario.
Por su parte, la Secretaría de Salud Laboral y Medioambiente de CCOO también abogó por mantener el horario de invierno de forma permanente. La Sociedad Española de Sueño (SES) se ha sumado a esta petición, destacando que el horario de invierno facilita un ritmo biológico más estable, lo que puede mejorar el rendimiento intelectual y reducir la incidencia de enfermedades como las cardiovasculares, obesidad, insomnio y depresión.
El profesor de enfermería de la Universidad de Córdoba y miembro del Imibic, Pablo J. López, refuerza esta idea al señalar que el horario de verano altera la producción de melatonina, una hormona esencial para regular el sueño y el ritmo circadiano del cuerpo. Esto es crucial para mantener una buena salud.
El impacto del cambio de horario en la salud ha sido objeto de estudio por el investigador Francisco Rodríguez, quien analizó cómo la implementación del horario de verano afecta a pacientes con problemas cardiovasculares en Andalucía. Su investigación se centró en pacientes de entre 20 y 75 años y encontró que el cambio al horario de verano incrementaba el riesgo de infartos y otros eventos cardiovasculares tras su implementación en otoño, especialmente en hombres y personas con condiciones preexistentes.
Rodríguez concluye que lo más beneficioso para la salud es mantener un ritmo circadiano constante, sin los cambios anuales de horario que son disruptivos para el organismo. Por ello, aboga por adoptar de manera permanente el horario de invierno, que favorece la salud de la población, especialmente en los grupos más vulnerables.
































































