La hepatitis C está a punto de ser considerada una enfermedad rara en España, según el Ministerio de Sanidad. Este avance se destaca en coincidiendo con el Día Internacional de la Hepatitis C, reafirmando el compromiso del gobierno con la eliminación de esta enfermedad como un problema de salud pública. Esto se enmarca dentro del décimo aniversario del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C (PEACH), iniciado en 2015.
Desde el comienzo de este plan, se han administrado tratamientos con antivirales de acción directa a un total de 172.414 personas, logrando una tasa de curación que supera el 94%. Estos tratamientos han revolucionado la forma de abordar la enfermedad y han permitido una notable reducción en la circulación del virus.
Actualmente, la prevalencia de infección activa por el virus de la hepatitis C (VHC) se sitúa en el 0,14%, lo que equivale aproximadamente a 54.500 personas. Sin embargo, al excluir grupos con exposiciones de riesgo, la prevalencia en la población general se reduce al 0,12%, lo que representa alrededor de 45.000 casos.
Uno de los cambios más significativos derivados de la generalización de los tratamientos es la transformación del perfil de los pacientes que están en lista de espera para un trasplante hepático. En 2015, el 32% de esos pacientes estaban infectados por el VHC, mientras que para 2024, esa cifra ha disminuido al 7%. Esta evolución ha permitido optimizar los recursos del sistema de trasplantes, acortando los tiempos de espera y mejorando el acceso para aquellos pacientes con otras patologías hepáticas.
Además, se ha incrementado el uso de órganos de donantes con hepatitis C, incluidos aquellos destinados a receptores seronegativos, manteniendo altos estándares de seguridad y expandiendo las opciones terapéuticas disponibles.
A pesar de estos avances, se estima que alrededor de 13.000 personas aún no han sido diagnosticadas. Esta población no identificada representa uno de los principales desafíos que enfrenta el sistema de salud en la etapa final hacia la eliminación del virus. Para abordar esta situación, el Ministerio de Sanidad fortalecerá, en colaboración con las comunidades autónomas, las estrategias de detección en poblaciones vulnerables, así como la conexión efectiva entre diagnóstico y tratamiento.
España se ha propuesto eliminar la hepatitis C como un problema de salud pública antes de 2030, anticipándose a las metas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La experiencia adquirida durante esta década y los resultados conseguidos permiten establecer una nueva fase enfocada en la detección temprana, la equidad en el acceso y la acción interterritorial.