Un nuevo ensayo clínico ha encontrado que el uso diario de aspirina puede disminuir en más de la mitad el riesgo de que el cáncer de colon regrese tras el tratamiento inicial. Según el estudio, presentado el 17 de septiembre en el New England Journal of Medicine, la aspirina diaria redujo el riesgo de recurrencia en un 55 por ciento en pacientes con cáncer colorrectal causado por una mutación genética específica.
La investigadora principal, Anna Martling, quien es profesora de medicina molecular y cirugía en el Instituto Karolinska en Suecia, destacó en un comunicado que la aspirina es un medicamento accesible y económico en comparación con muchos tratamientos modernos contra el cáncer, lo que representa una ventaja significativa.
El estudio se centró en pacientes cuyo cáncer de colon estaba asociado a una mutación en el gen PIK3, el cual juega un papel crucial en el control del crecimiento y la división celular en el organismo. En Estados Unidos, se diagnostican aproximadamente 107,320 nuevos casos de cáncer de colon y 46,950 de cáncer rectal cada año, de acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer.
Entre un 30 y un 40 por ciento de los pacientes con cáncer de colon experimentan una recaída y propagación de la enfermedad después del tratamiento inicial. Para este estudio, se asignaron al azar a 626 pacientes a tomar una dosis diaria de 160 mg de aspirina o un placebo durante un período de tres años. Los participantes provenían de 33 hospitales en Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, todos con una mutación PIK3 y habiendo sido operados para extirpar el cáncer antes del inicio del tratamiento con aspirina.
Martling comentó que la aspirina se está evaluando en un contexto innovador como un tratamiento de medicina de precisión. Este caso ilustra cómo se puede utilizar la información genética para personalizar tratamientos, al mismo tiempo que se optimizan recursos y se minimiza el sufrimiento de los pacientes.
Aunque los investigadores no han determinado con certeza las razones por las cuales la aspirina reduce el riesgo de recurrencia, sugieren que probablemente se deba a su capacidad para disminuir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea y frenar el crecimiento de las células tumorales. Estos efectos en conjunto podrían crear un entorno menos propicio para el cáncer.
Los hallazgos del estudio respaldan la justificación biológica y sugieren que este tratamiento podría ser especialmente efectivo en subgrupos de pacientes con características genéticas definidas, aunque los vínculos moleculares exactos aún no se comprenden completamente.
Para obtener más información sobre las mutaciones genéticas y el cáncer, se puede consultar la Sociedad Americana Contra El Cáncer.
