La luz ultravioleta (UV) se ha identificado como una herramienta eficaz para reducir los alérgenos presentes en interiores, según un estudio reciente publicado en la revista ACS ES&T Air. Este hallazgo podría beneficiar a personas que enfrentan problemas respiratorios provocados por alérgenos como los de mascotas, ácaros del polvo, moho y polen.
Los investigadores describen cómo la luz ultravioleta puede modificar la estructura de los alérgenos, haciéndolos menos reconocibles para el sistema inmunológico. La investigadora principal, Tess Eidem, de la Universidad de Colorado-Boulder, comparó este proceso con un animal de origami, donde un cisne podría ser transformado para que no provoque una respuesta alérgica.
En experimentos de laboratorio, se observó una disminución del 20% al 25% en los niveles de alérgenos en el aire después de 30 minutos de exposición a la luz UV. Eidem enfatizó que estas reducciones son significativas en comparación con los prolongados procesos de limpieza que normalmente implican meses de esfuerzo, como rasgar alfombras o bañar mascotas.
Las lámparas de tipo UV222 utilizadas en este estudio ya están disponibles para su uso comercial, principalmente en aplicaciones industriales antimicrobianas. Los investigadores aclaran que, a diferencia de otras luces UV que requieren protección para la piel y los ojos, estas luces no penetran profundamente en las células, lo que las hace más seguras para el uso en entornos domésticos.
Eidem sugirió que podría ser posible diseñar versiones portátiles de estas luces, permitiendo a las personas activarlas en casas de amigos con mascotas o durante la limpieza de habitaciones con alta acumulación de polvo. “Los ataques de asma causan la muerte de aproximadamente diez personas diariamente en Estados Unidos, a menudo desencadenados por alérgenos en el aire”, explicó Eidem, resaltando la importancia de explorar nuevas formas de prevenir la exposición a estos agentes.
El estudio también destacó que es complicado eliminar completamente los alérgenos en un hogar, ya que estos son partículas de proteínas que se descomponen en el aire y en superficies. A diferencia de virus o bacterias, estos alérgenos no pueden ser “matados”. Sin embargo, al cambiar su estructura, es posible reducir su impacto en el cuerpo.
Los investigadores concluyen que el tratamiento con luz ultravioleta representa una opción viable para inactivar rápidamente los alérgenos en espacios cerrados. “Creemos que esta tecnología podría ser una herramienta adicional para ayudar a las personas a combatir los alérgenos en sus hogares, escuelas y otros lugares donde estos se acumulan”, finalizó Eidem.
Para más información sobre este tema, la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología ofrece recursos útiles sobre alérgenos de interior.