La música tiene el potencial de transformar vidas, especialmente para quienes han sufrido un ictus. En este contexto, surge el Proyecto Neurythmia, una iniciativa de investigación desarrollada en el Hospital General Universitario de Albacete, que busca demostrar que la música no solo es entretenimiento, sino que puede ser una forma de medicina, administrada a través de melodías cuidadosamente seleccionadas.
El ictus, o accidente cerebrovascular, es una de las principales causas de muerte y discapacidad en España, dejando a sus víctimas con secuelas devastadoras que incluyen pérdida de movilidad, dificultades en el habla, y un impacto emocional significativo. La depresión y la ansiedad suelen acompañar a la recuperación, afectando la calidad de vida de los pacientes. Por ello, el proyecto plantea una pregunta relevante: ¿es posible que la música contribuya a la sanación?
El enfoque del Proyecto Neurythmia es evaluar los efectos de la intervención musical en 70 pacientes con ictus isquémico. Este estudio se llevará a cabo durante la hospitalización de los pacientes y continuará durante los tres meses siguientes en su hogar. Aunque el ensayo clínico aún no se ha realizado, se basa en fundamentos científicos sólidos. Se formarán dos grupos: uno recibirá el tratamiento convencional y el otro, además de esto, disfrutará de 40 minutos diarios de música relajante, diseñada de acuerdo con los principios del modelo Benenzon. Esta música incluirá sonidos de la naturaleza y ritmos suaves, como los latidos del corazón en calma, y se escuchará a través de auriculares con cancelación de ruido, utilizando una aplicación accesible como Spotify para asegurar una experiencia inmersiva.
Las variables a analizar incluyen el dolor, niveles de ansiedad y depresión, así como constantes vitales como la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno. El objetivo es determinar si aquellos que participan en la intervención musical presentan una recuperación más positiva y, lo más importante, una experiencia más humana durante su proceso de sanación. También se considerará la evolución después del alta, lo que permitirá evaluar la continuidad de los efectos de la musicoterapia en el entorno domiciliario.
La idea detrás de esta investigación es simple pero poderosa. La música no tiene efectos adversos, es accesible, de bajo costo y se puede aplicar sin complicaciones. Además, humaniza el cuidado médico, transforma los entornos hospitalarios y conecta con las emociones de los pacientes en uno de los momentos más vulnerables de sus vidas. Brindarles la oportunidad de relajarse, desconectar o incluso emocionarse, es también una forma de cuidado.
Aunque el proyecto aún no ha sido implementado, su planteamiento tiene el potencial de abrir nuevas oportunidades en el ámbito de la enfermería y la investigación clínica. Si se confirman los resultados positivos, el Proyecto Neurythmia podría convertirse en un modelo replicable en otros hospitales y servicios de salud, integrándose en los protocolos de atención como una herramienta terapéutica complementaria. Su capacidad para reducir la necesidad de medicación, acortar las estancias hospitalarias o simplemente mejorar el bienestar de los pacientes merece ser explorada.
Porque, en ocasiones, el mayor alivio no proviene de un fármaco, sino de algo tan sencillo como una melodía que te acompaña. Este proyecto busca demostrar que la ciencia también puede tener ritmo y que, en el proceso de recuperación, cada nota cuenta.