La osteoporosis es una enfermedad que afecta a aproximadamente dos millones de personas en México, de las cuales cerca del 70% desconoce que la padece. Esta condición, conocida como “la enfermedad ósea silenciosa”, se caracteriza por la disminución de la densidad y calidad del hueso, lo que incrementa el riesgo de fracturas en áreas vulnerables como la muñeca, la cadera y la columna vertebral.
Riesgos y síntomas de la osteoporosis
La ausencia de síntomas evidentes en las etapas iniciales de la osteoporosis es alarmante, ya que muchos no se dan cuenta del deterioro hasta que es demasiado tarde. Con el tiempo, los afectados pueden experimentar pérdida de estatura, dolor de espalda y colapso de las vértebras. Aunque tanto hombres como mujeres pueden desarrollar esta enfermedad, es más común en mujeres, especialmente después de la menopausia. A partir de los 45 años, ambos sexos pierden masa ósea a un ritmo promedio de 1.1% anual, velocidad que se acelera en las mujeres hasta un 3 a 5% durante los primeros diez años postmenopáusicos.
Entre los principales factores de riesgo se encuentran la edad, el tratamiento prolongado con corticoides, antecedentes familiares de fractura de cadera, y un índice de masa corporal menor a 19 kg/m². Además, el tabaquismo, el consumo de alcohol y enfermedades crónicas como la diabetes tipo 1 también aumentan la probabilidad de desarrollar osteoporosis.
Prevención y tratamiento
La buena noticia es que la osteoporosis es prevenible. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular y una dieta balanceada rica en calcio y vitamina D, es fundamental para fortalecer los huesos. La exposición moderada al sol y evitar el tabaco y el alcohol también son recomendaciones clave. Sin embargo, en adultos mayores, estos cambios pueden no ser suficientes, por lo que el tratamiento farmacológico se vuelve indispensable.
Los tratamientos incluyen agentes antirresortivos, como los bifosfonatos o Denosumab, y agentes formadores de hueso, como Teriparatida, que deben ir acompañados de un aporte adecuado de calcio y vitamina D. El objetivo del manejo terapéutico es evitar fracturas; la prevención primaria se dirige a aquellos sin antecedentes de fractura, mientras que la prevención secundaria se centra en quienes ya han sufrido algún episodio.
Las fracturas más comunes por osteoporosis afectan la columna, la muñeca y la cadera. Es crucial entender que la osteoporosis es una enfermedad silenciosa, pero prevenible, y que la fractura es el evento final que todos debemos esforzarnos por evitar. La concienciación y el acceso oportuno a diagnóstico y tratamiento son herramientas fundamentales para garantizar una vida activa y saludable en la adultez.
El Dr. José Antonio Cetina Manzanilla, reumatólogo y coordinador del grupo de autoayuda Núcleo Familiar del Paciente Reumático del Colegio Mexicano de Reumatología, enfatiza la urgencia de un diagnóstico temprano. La detección y el tratamiento adecuados pueden marcar la diferencia entre una vida plena y el riesgo de fracturas debilitantes.