La importancia de un diagnóstico adecuado de trastornos como el autismo, el TDAH y la ansiedad ha cobrado relevancia en los últimos años. Durante la pandemia, se observó un aumento en las solicitudes de diagnóstico, lo que llevó a muchos a experimentar un alivio significativo al recibir un nombre oficial para sus dificultades. Esto se ha convertido en un fenómeno social notable.
En este contexto, se ha reportado que muchas personas, tras recibir un diagnóstico, sienten una liberación de la culpa que habían cargado durante años, lo que les permite entender mejor sus experiencias y comportamientos. Historias de individuos diagnosticados con TDAH o autismo revelan que, al ser identificados, se sienten menos solos y más comprendidos.
Este alivio puede no solo ser emocional, sino que también puede facilitar un acceso más adecuado a tratamientos y apoyos. Sin embargo, algunos expertos advierten sobre los peligros de etiquetar síntomas leves como trastornos, ya que esto podría llevar a una expectativa de enfermedad en lugar de a una comprensión más amplia de la salud mental.
La profesora de psicología, Cliodhna O”Connor, ha señalado que, a pesar de que el diagnóstico puede disminuir la autoculpabilidad, también puede llevar a un pesimismo sobre la posibilidad de recuperación. Esto se refleja en estudios que muestran que las personas diagnosticadas en la adolescencia pueden enfrentar peores resultados emocionales en el futuro.
Por otro lado, el diagnóstico también puede actuar como un catalizador para la búsqueda de apoyo y adaptación. Alan Levinovitz, filósofo y profesor, ha observado que la identificación de un problema puede ofrecer a los pacientes un sentido de control sobre sus vidas. Este fenómeno ha sido denominado “efecto Rumpelstiltskin”, en referencia a la historia de un personaje que pierde su poder cuando se le da un nombre.
El psiquiatra Awais Aftab ha corroborado que muchos pacientes experimentan una sensación de alivio profundo al recibir un diagnóstico, lo que puede asemejarse a un efecto placebo. Este alivio puede llevar a un mejor manejo de los síntomas, aunque también plantea la cuestión de cómo estas etiquetas afectan la identidad de las personas a largo plazo.
En conclusión, mientras que nombrar una condición puede ser liberador y ofrecer un camino hacia la comprensión y el tratamiento, también es esencial que los diagnósticos vengan acompañados de historias de recuperación y esperanza, especialmente para los más jóvenes que están formando su identidad en un contexto de salud mental cada vez más complejo.
