Conecta con Nosotros

Hola, ¿qué estás buscando?

Salud

La tartamudez y su estigma: un llamado a la comprensión

La tartamudez es un trastorno del habla que necesita más apoyo y normalización en la sociedad

En el marco del Día Internacional de la Conciencia del Tartamudeo, la logopeda Paula Bello, que trabaja en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, revela la realidad de este trastorno que afecta la fluidez del habla y destaca la importancia de la normalización y el apoyo.

La tartamudez se describe como un trastorno que se manifiesta a través de interrupciones involuntarias en el ritmo del habla, las cuales pueden incluir repeticiones, bloqueos o prolongaciones de sonidos. No se trata de un problema que esté relacionado con la inteligencia o la personalidad, sino que implica dificultades en la coordinación motora del habla. Desde el enfoque de la logopedia, se entiende como una alteración compleja que abarca factores lingüísticos, emocionales y comunicativos.

El origen de la tartamudez es multifactorial. Investigaciones recientes indican que hay una base neurológica y genética, evidenciada por estudios de resonancia magnética que muestran alteraciones en la programación motora del habla. Aunque las emociones no son la causa principal, pueden influir en la intensidad del trastorno. Por lo tanto, el tratamiento logopédico tiene que considerar tanto la técnica del habla como el componente emocional.

Existen factores de riesgo que pueden identificarse en la infancia, siendo el principal antecedente familiar de tartamudez. Además, un desarrollo del lenguaje acelerado, un temperamento sensible o perfeccionista, así como entornos comunicativos que ejercen presión o corrección, pueden incrementar las probabilidades de aparición de este trastorno. Detectar estos signos a tiempo permite realizar intervenciones antes de que el patrón disfluente se consolide, ayudando a prevenir el impacto emocional que puede conllevar.

La tartamudez suele manifestarse en la infancia, especialmente entre los 2 y 6 años, cuando se produce un gran avance en el lenguaje. Sin embargo, también puede surgir en la edad adulta debido a lesiones neurológicas o situaciones de alto estrés emocional. En estos casos, es necesario adaptar el enfoque terapéutico a la causa subyacente del trastorno.

La detección temprana es crucial. Cuanto antes se inicie la intervención, mayores serán las probabilidades de mejora. Al abordar la tartamudez en sus etapas iniciales, se evita que se convierta en un patrón estable y se ayuda al niño a desarrollar una relación más tranquila con su habla. Además, se previene la aparición de miedo, vergüenza o evitación, factores que limitan la comunicación a largo plazo.

En el intento de ayudar a un menor que tartamudea, es común que las familias cometan errores, como corregir al niño, pedirle que hable más despacio o incluso terminar sus frases. Estas acciones pueden aumentar la tensión y reforzar la sensación de dificultad. Lo esencial es escuchar sin prisa, mantener el contacto visual y no interrumpir, transmitiendo calma al niño. El objetivo es que sienta que lo importante es el contenido de lo que dice, no la forma en que lo expresa.

Desde la logopedia, el tratamiento se adapta según la edad, el tipo de tartamudez y las necesidades individuales. Se trabaja en tres áreas principales: la fluidez del habla, las actitudes y emociones relacionadas con la comunicación, y el entorno familiar y escolar, que es fundamental para el progreso. El enfoque es gradual y busca que la persona gane confianza, no solo que mejore su fluidez.

Las sesiones terapéuticas para niños pequeños suelen centrarse en el juego comunicativo y la interacción relajada, en lugar de la corrección directa del habla. En adolescentes y adultos, se incluyen técnicas de habla suave, control respiratorio y entrenamiento en comunicación. También se trabaja la autoaceptación y el manejo de la ansiedad para reducir la tensión al hablar. Este enfoque se lleva a cabo en un equipo interdisciplinario que combina logopedia y psicología.

No se puede hablar de una “cura” en el sentido estricto, pero sí de mejoras significativas. Muchos niños logran dejar de tartamudear tras una intervención temprana. En otros casos, se aprende a manejar la tartamudez de manera funcional, logrando una comunicación efectiva y segura. Es vital aceptar la diversidad en la forma de hablar y empoderar a las personas para que se expresen sin miedo y fomenten una escucha paciente.

Es un hecho que la tartamudez está rodeada de estigmas y desconocimiento. Es imprescindible normalizar este trastorno en los diferentes entornos. Hablar abiertamente sobre el tema, incluir a personas que tartamudean en medios y en el ámbito escolar, y enseñar a escuchar con respeto son pasos fundamentales. La fluidez del habla no determina el valor de una persona ni su capacidad comunicativa.

Finalmente, la tartamudez puede variar según el contexto. Muchas personas se comunican con fluidez en privado, pero enfrentan dificultades en público o en situaciones de presión. Esto no implica una “tartamudez diferente”, sino una reacción ante la tensión anticipada. Por ello, el trabajo emocional y la exposición gradual a estas situaciones son aspectos esenciales del tratamiento.

El mensaje para las familias es claro: la tartamudez no es culpa de nadie, y la comprensión y la paciencia son las mejores formas de apoyo. Con el acompañamiento adecuado, el respaldo familiar y la intervención logopédica, la mayoría de las personas logran una comunicación mucho más fluida y segura. Lo importante no es eliminar cada bloqueo, sino ayudar a que la persona se sienta libre para expresarse. La tartamudez no define a la persona, sino que invita a una mejor escucha.

Te recomendamos

Entretenimiento

Las islas que fueron prisión franquista ahora son reconocidas como Lugar de Memoria.

Estilo de Vida

Las islas de San Simón y San Antón serán reconocidas como Lugar de Memoria por su historia de represión y sufrimiento.

Estilo de Vida

Yolanda Díaz se encuentra con sindicatos en Ourense para mejorar la situación laboral de los bomberos forestales.

Copyright © Todos los derechos reservados. Este sitio web ofrece noticias generales y contenido educativo con fines únicamente informativos. Si bien nos esforzamos por brindar información precisa, no garantizamos la integridad ni la fiabilidad de los contenidos presentados. El contenido no debe considerarse asesoramiento profesional de ningún tipo. Se recomienda a los lectores verificar los datos y consultar a expertos adecuados cuando sea necesario. No nos hacemos responsables de ninguna pérdida o inconveniente derivado del uso de la información en este sitio.